Juan Jesús Rodríguez y Ruiz de Velasco, a hombros en la novillada sin picadores de la Feria de Real de Algeciras

El primer festejo de la Feria de Real de Algeciras tiene dos nombres propios Juan Jesús Rodríguez y Ruiz de Velasco, triunfadores categóricos de la tarde al cortar cada uno dos apéndices –cuarto y quinto- a sus respectivos oponentes. Ambos jóvenes han salido a hombros por la ‘Puerta de Feria’.
Un festejo donde trenzaron el paseíllo seis novilleros andaluces para lidiar a la postre, un buen encierro de Miguelín. Ejemplares encastados y enclasados que sacaron muchas virtudes en sus embestidas en una tarde de máximo interés donde la competencia, la rivalidad y el buen toreo se hicieron presente en Las Palomas. Tarde de altos vuelos y amplio contenido artístico que fue empañado por culpa de los aceros
El Gali’, de Algeciras: El joven algecireño conformó un saludo capotero con expresión en el lance y ganando terreno en cada uno de ellos. Imprimió compás y buen manejo del percal. Brindó al señor alcalde de la ciudad, José Ignacio Landaluce. El Gali, instrumentó una faena clásica por ambos pitones con un toreo ligado y cadencioso ante un enclasado abreplaza. Estocada y oreja.
Pablo Lozano, de Alcalá de los Gazules: Salió el gaditano con decisión y arrojó en un saludo en el que intercaló afarolados, verónicas y delantales. Vistoso trato ante uno que destapó blandura. Lozano se las vio con un segundo que empujaba para adentro y hacia rectificar en la composición puesto que soltaba la cara en cada embroque. Pablo mostró determinación sin fisuras ante uno complicado. Se atascó a espadas, ovación.
Juan Jesús Rodríguez, de La Línea de la Concepción: Garbosidad y buen hacer con la tela rosa en un sabroso saludo a la verónica. Juan Jesús cimentó una importante faena con naturales profundos y exigentes, mientras a derechas instrumentó series ligadas en carrusel. Por ambos pitones destapó temple. Rodríguez estuvo muy metido en su obra ante uno muy riguroso y con teclas. Finalizó su notable labor con un ajustadísimo final por bernadinas y un espadazo hasta la gamuza. Faena larga con dos avisos antes de la suerte suprema. Dos orejas tras dos recados.
Ruiz de Velasco, de Jerez de la Frontera: Dos tijerillas de rodillas y un buen puñado de verónicas que alcanzó la boca de riego. Brindis público. De Velasco dibujó muletazos de corte artístico ante otro enclasado. Expresó con todo su ser un toreo reposado y con galanura donde el natural viajó con empaque y el derechazo con distinción. Una faena que ganó a medida que fue avanzado. Se llevó una fea voltereta sin consecuencias a mitad de labor. Dos orejas tras aviso.
Alfonso Morales, de Jaén: Ganó terreno el jienense en cada verónica en un saludo elegante y expresivo. Brindó al maestro Uceda Leal. Alfonso cimentó dos partes bien distintas en su quehacer. De primeras una labor con verticalidad y ligazón donde dejó la muleta puesta por delante para engarzar el siguiente. A posterior, tiró de raza y mostró capacidad para obligar a un reticente antagonista. Todo ante un cierraplaza cambiante y duro que le propinó dos palizas fuertes pero con el que nunca se arredró. La espada no quiso entrar en la suerte suprema. Palmas.
Coso de Las Palomas de Algeciras – Primer festejo de la Feria Real. Novillada sin picadores. Erales de la ganadería de Miguelín, bien presentados, con volumen, encastados y nobles, para ‘El Gali’, de Algeciras, oreja; Pablo Lozano, de Alcalá de los Gazules, ovación; Manolo Martínez, de Málaga, oreja tras aviso; Juan Jesús Rodríguez, de La Línea de la Concepción, dos orejas tras aviso; Ruiz de Velasco, de Jerez de la Frontera, dos orejas tras aviso; y Alfonso Morales, de Jaén, palmas.