Acordes de Castella ante una corrida de Alcurrucén que no da la nota

La falta de raza del encierro imposibilitó el triunfo de la terna

Foto: Arjona / Pagés

La bella estampa de los toros de Alcurrucén no hacía presagiar lo que llevaban dentro. La falta de raza truncó la ilusión por ver triunfar a una terna que cumplía su último paseíllo en la Feria de Abril. Sólo Castella acarició la oreja frente al segundo, mientras que Morante pasó inédito y Tomás Rufo volvió a dar una seria imagen.

Morante de la Puebla dibujó un par de verónicas de bello trazo a «Incordioso», que abrió plaza. No se empleó en el caballo. Con unos doblones muy toreros inició la faena a un animal que estaba agarrado al piso y embestía media altura. Lo intentó por ambos pitones sin opciones. Mató de media estocada.

A «Cara-Sucia», que hizo cuarto, le instrumentó verónicas barrocas que remató con una media con mucho gusto. Morante lo sacó fuera de las rayas para torear con mucha despaciosidad. Llegó bastante parado al último tercio, pero el sevillano intentó tirar de él al natural, dejándole las telas en la cara. Porfió hasta firmar dos naturales de gran trazo. No estuvo acertado con los aceros.

Sebastián Castella recibió con un bonito y templado ramillete de verónicas hasta llevárselo a los medios a «Alcalá», que humilló en el percal. Fue muy medido en el peto. Tomás Rufo intervino en quites por chicuelinas. Atemperó la embestida del de Alcurrucén con los toques y las distancias precisas. Al natural lo empujó hacia adelante dejándole la muleta en el hocico. Con la diestra hizo alzar la batuta en una serie de mando por bajo con las zapatillas asentadas. Ya se sintió podido y el torero francés tiró de recursos para cerrar. Mató de una estocada algo caída.

«Atrevido» salió frenándose en el capote y desentendido de él, al igual que en el caballo, con un comportamiento de manso. Castella se puso a torear sin probaturas con suavidad. En la segunda serie, tragando mucho e intentando ligar. Por el pitón izquierdo, lo condujo con temple. En las siguientes ya echaba la carita arriba. La música puso fin sin previo aviso, pero el francés siguió metido entre los pitones exprimiendo hasta la última embestida. Acabó con él de media estocada.

El tercero, «Afectivo», un berrendo de bonitas hechuras que salió sueltecillo del capote de Tomás Rufo. El de Alcurrucén no quiso pelea con el caballo. Se lo llevó hacia los medios para armar faena. Compuso una primera tanda de derechazos pulseando mucho, pero sin obligarle. Tomó la zurda, intentando extraer naturales con limpieza. El toro ya se afligió tras esa tanda y tuvo que irse a por las espada.

«Bullanguero», que cerró la tarde, ya atisbó en los primeros tercios el mismo compartimiento que sus hermanos anteriores. Le recetó dos buenos puyazos Manuel Jesús Ruiz Román. No quiso pasar ninguna oportunidad Tomás Rufo, aunque lo pintaban bastos, y brindó al público. Comenzó por alto y sin obligarlo. Hubo ligazón en dos series de derechazos en las que nunca embistió con entrega y terminaba echando la cara arriba. Se puso también por el pitón izquierdo, por donde era más deslucido aún. Mató de una estocada.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimotercera de abono. Feria de Abril. Cartel de «No hay billetes». Toros de Alcurrucén, bien presentados, pero faltos de raza en líneas generales. 1º, noble, pero parado; 2º, justo de raza; 3º, falto de casta; 4º, sin raza ni casta; 5º, manso y noble; 6º, desrazado.
Morante de la Puebla (de tabaco y oro), silencio y silencio.
Sebastián Castella (de grana y plata), ovación con saludos tras petición y ovación con saludos tras aviso.
Tomás Rufo (de malva y oro), silencio y silencio.
Incidencias: Saludó José Chacón tras banderillear al segundo.