La entrega de Roca Rey lo encumbra por la Puerta del Príncipe en una tarde en la que Aguado puso el temple

El torero peruano abrió su segunda Puerta del Príncipe, mientras que Aguado cortó una oreja

Foto: Arjona / Pagés

El séptimo «No hay billetes» de la Feria de Abril se colgó este sábado. Aunque muchos fueron a ver a Juan Ortega tras la memorable faena del lunes, hoy no tuvo suerte con su lote. El gato al agua se lo llevó Roca Rey, que puso todo de su parte parte convencer a un público que le exigió frente a los toros de Victorino. Y lo logró el peruano consiguiendo su segunda Puerta del Príncipe. No obstante, los pasajes mas toreros fueron de la mano de Pablo Aguado frente al sexto.

Roca Rey saludó a «Cojito» por verónicas ganándole terreno hasta abrochar en los medios con una media. Un animal que fue protestado de salida por su poca presencia. Fue muy medido en el peto porque no apuntaba a que tuviera mucha fuerza. Tras el brindis al público, se quedó en los medios de hinojos para instrumentar pases cambiados para rematar en pie. Un inicio muy explosivo que hizo sonar la música. Continuó en los mismos terrenos, pero dosificándolo. Los naturales tuvieron mayor profundidad y el de Victoriano del Río humilló más, pero sólo fue una serie. Terminó metido en los terrenos del animal, confiándose hasta que fue prendido. Abrochó por bernadinas y una estocada efectiva y paseó las dos orejas.

Roca Rey tenía que apostar en con el quinto. Se colocó inmóvil frente a «Descreído», de Toros de Cortés, para recetarle estatuarios junto a tablas. Lo citó en la media distancia, viniéndose con ritmo, aunque echando la cara arriba al final del muletazo. Las series tuvieron intensidad por el pitón derecho, mientras que por el izquierdo iba menos metido y le faltó continuidad. Volvió a cerrar metido en los terrenos del toro con circulares invertidos. Un epílogo de mucha exposición dejándose llegar los pitones. Tras la estocada cortó una oreja.

Pablo Aguado dibujó verónicas de bello trazo a «Soleares», que no pudo rematar como merecía al enterrar los pitones en el albero. Quitó Ortega con excelsos delantales. Con unos trincherazos muy toreros se lo sacó hacia fuera. Al de Toros de Cortés le faltó empuje y entrega. El sevillano le imprimió temple y clasicismo en cada muletazo, pese a la irregular embestida del astado. Fue prendido en el primer encuentro, para firmar una gran estocada después.

Cuando Aguado tomó la muleta en el sexto, se puso a llover. A «Forajido», que había blandeado en los primeros tercios, había que hacerle todo con mucho mimo. La despaciosidad que habita en las muñecas del sevillano se observó en cada muletazo. Los derechazos en redondo tuvieron empaque y clasicismos. Los naturales, aunque de uno en uno, fueron de bello trazo. Cogió la mano diestra otra vez para cincelar de nuevo tora serie armónica que terminó de conquistar a los tendidos. De nuevo, otra estocada y cortó una oreja.

Juan Ortega, que fue recibido con una atronadora ovación, no pudo lucirse de capa frente a «Tordillo», que salió sueltecillo del recibo y no empujó en el peto. El de Victoriano del Río no estaba sobrado ni de fuerza ni de raza. Se lo llevó hacia los medios para dejar una primera tanda con derechazos muy templados en los que embistió por bajo. Por el pitón izquierdo, se quedaba aún más corto. Volvió a la diestra, pero la falta de fondo hizo que el toro no quisiera embestir. Mató de una estocada.

«Ebanista», nombre importante en este hierro, tampoco le dejó estirarse a la verónica a Ortega. Se empleó en el vara, aunque no fue muy castigado por la justeza de fuerzas. Genuflexo comenzó con mucho gusto para intentar armar faena más allá de las rayas de picar. El animal tuvo fijeza y clase, pero con su hándicap ya apuntado. El sevillano mostró mucha disposición y perfección en colocación y técnica, pero su oponente echó la persiana pronto. Con otra estocada cerró su Feria.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimocuarta de abono. Feria de Abril. Cartel de «No hay billetes». Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (3º y 5º), desiguales de presentación y juego y justos de fuerza en líneas generales.
Juan Ortega (de verde hoja y oro), silencio y silencio.
Roca Rey (de grana y oro), dos orejas y oreja tras aviso.
Pablo Aguado (de catafalco y plata), ovación con saludos y oreja.