Los naturales de Talavante, el sentimiento de Ortega y la actitud de Rufo con una decepcionante corrida de Puerto de San Lorenzo

El torero extremeño paseó la única oreja del festejo

El balance numérico de una tarde de expectación como la hoy en Las Ventas ha resultado pobre por el desrazado encierro de Puerto de San Lorenzo. Sólo Talavante paseó la oreja del primero, el único con opciones del encierro, tras cuajarlo al natural. En lo artístico, Ortega protagonizó momentos de mucho sentimiento frente al quinto, que lo cogió feamente. Por su parte, Rufo volvió a mostrar su actitud y su firmeza con el manso sexto.

Alejandro Talavante le dibujó lances suaves a «Cubanoso», que abrió plaza. Juan Ortega quitó con tres armónicas verónicas que remató con una exquisita media. En los medios con el cartucho de pescao se puso a torear al natural por bajo, con temple y verticalidad. El extremeño vio claro que era el pitón del toro, pese a que por el derecho era pronto, tenía menos de clase. El animal se vino abajo rápido por lo que fue una faena medida, pero en la que hubo naturales de gran nota. Se le vino a al entrar a matar, enterrando la espada. Paseó una oreja.

No pudo reafirmar el triunfo con «Gironero», que empujó en el caballo. El de Puerto de San Lorenzo tenía una forma descompuesta de moverse. Acudía pronto a las telas, aunque lo hacía frenándose, saltando y perdiendo las manos. Talavante tuvo que irse a por el estoque.

«Cartuchero», que hizo segundo, salió sueltecillo y embistió con brusquedad en el percal de Juan Ortega. Se empleó en los dos puyazos, pero marcó la querencia. Rufo quitó por gaoneras. Lo sacó fuera del tercio con trincherillas. Hizo un esfuerzo para intentar que rompiera hacia adelante, pero era un astado informal, sin transmisión y ni entrega. Optó por abreviar al no tener material.

«Cubanoso» fue muy protestado de salida por su presentación, aunque lo peor fue la falta de fuerza. Perdió las manos en varias ocasiones antes de entrar en el caballo. El palco lo mantuvo en el ruedo frente a la oposición de los tendidos. En el inicio de faena, Juan Ortega fue volteado con mucha violencia. Tras recomponerse, volvió a la cara, pero el astado lo buscaba. Las muñecas del sevillano cincelaron una serie de derechazos con estética cuando nadie apostaba por él. Cada uno de los muletazos que firmó tuvieron buen trazo, pese a que su oponente protestaba y quería salirse. Una faena meritoria y estética. Mató de estocada corta.

Por delantales a pies juntos y ganándole terreno, saludó Tomás Rufo a «Forcadillo». En los medios comenzó a cimentar la labor a media altura y prolongando la embestida. La acusada falta de raza se vio desde el principio, sin querer tomarla, con un recorrido muy corto y saliendo desentendido.

Con «Cubatisto», que cerró la tarde, se puso a torear de hinojos en redondo llegando mucho a los tendidos. Tras someterlo en esa primera tanda, ya buscó las tablas. En esos terrenos tuvo armar batalla, intentando taparle la salida. Le apretó en cada serie como única opción para llegar al éxito. Acabó con él de una estocada caída por lo que la petición de oreja no fue suficiente.

Ficha del festejo
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Duodécima de la Feria de San Isidro. Cartel de «No hay billetes». Toros de Puerto de San Lorenzo, bien presentados y desiguales de juego. 1º, noble con humillación; 2º, manso y deslucido; 3º, falto de raza; 4º, deslucido; 5º, escaso de fuerza y complicado; 6º, manso.
Alejandro Talavante (de grana y oro), oreja y silencio.
Juan Ortega (de buganvilla y oro), silencio y ovación con saludos.
Tomás Rufo (de malva y oro), silencio y ovación con saludos tras petición.