Pepe Moral reivindica su sitio con el temple por bandera

Pepe Moral reivindica su sitio con el temple por bandera
Foto: Arjona / Pagés

Pepe Moral sólo tenía en sus manos una carta y tenía que apostar para que fuera la ganadora. Llevaba tres años sin pisar el albero maestrante. Tres años en los que casi no ha toreado y ahí radica una de las claves que hacen que su triunfo sea aún mayor. La dimensión frente a dos toros distintos, pero que le regalaron nada, fue monumental. Y todo ello imponiendo su concepto. Aquel con el que triunfó en el Corpus de 2014 al cortarle dos orejas a un toro de Conde de la Maza y que lleva por bandera un enorme temple.  

Pepe Moral se fue a la puerta de chiqueros a recibir a ‘Adobero’, que tras la larga saltó a callejón. Una vez devuelto el orden en el ruedo, el sevillano instrumentó un ramillete de verónicas. Durante el tercio de varas fue protestado por la falta de fuerza y fue complicado en banderillas. El de Los Palacios mostró una gran dimensión con un ‘Miura’ que a priori no parecía que tuviera faena. Fue construyéndola a fuego lento, imprimiéndole temple y prolongando los muletazos. Tras la estocada, paseó la oreja.

Moral salió de nuevo a por todas y se fue a portagayola. Tras la larga, se estiró a la verónica con mucha suavidad para rematar con una media de rodillas. Llevó galleando al caballo a ‘Inopinado’, donde fue medido. Genuflexo, lo sacó para los medios en unos primeros compases en los que costó ir hacia adelante. Pero el sevillano volvió a mostrar una gran capacidad y empujó hacia adelante al de Zahariche. Cuando vio que lo metió, tiró de su personalidad que se basa en un sentido del temple innato. Lo llevó enganchado con los vuelos de la muleta, dejándosela siempre puesta. Mató de una estocada y, aunque le pidieron las dos orejas, todo quedó en una.

Manuel Escribano cumplía su tercera comparecencia en esta Feria de Abril y, una tarde más, se fue a portagayola. ‘Pañolero’ estuvo a punto de arrollarlo, después salió sueltecillo y sin fijeza en los capotes. En el caballo tampoco se empleó. El de Gerena expuso en el tercio de banderillas. El de Miura no fue nada fácil. Intentó ordenar las embestidas, pero por el derecho era muy deslucido y por el izquierdo pasaba rebañando. Se atascó con la espada.

Escribano cerró su feria de nuevo en la puerta de toriles para recibir a ‘Panalero’ para ligar a la verónica, en donde se quedó cortito. Tampoco se empleó en varas. Puso al público en pie en un vibrante tercio de banderillas. La voluntad del torero fue mayor que las posibilidades de su oponente. El astado pasaba frenándose y derrotando en cada muletazo y fue desarrollando peligro. Volvió a marrar con la espada, que se puso a la defensiva.

Después de que sus compañeros se fueran a portagayola, Esaú Fernández repitió la hazaña. Ya en pie, ‘Tahonero’ embistió con celo en las verónicas y tres medias que cinceló. Se arrancó con prontitud al caballo, donde empujó. Pronto le tomó el pulso el sevillano por el pitón derecho, por donde tenía clase, recorrido y fijeza. Un ‘Miura’ importante al que le hilvanó muletazos de mano baja. El descabello le privó de cortar oreja

Para rematar la tarde, Esaú recibió ‘Chocero’ frente al portón de los sustos. En la muleta, mostró disposición, pero el toro que cerraba el ciclo fue muy deslucido, se quedaba corto y reponía.

 

Ficha del festejo:
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimosexta de abono. Última de la Feria de Abril. Tres cuartos de entrada. Toros de Miura, bien presentados y de juego desigual. Destacó el tercero por clase.

Manuel Escribano (de malva y oro), silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Pepe Moral (de verde esperanza y oro), oreja y oreja con petición de la segunda.

Esaú Fernández (de tabaco y oro), ovación y silencio.

Sandra Carbonero