David de Miranda, a corazón abierto: raza y verdad en La Malagueta

David de Miranda ha protagonizado una de las tardes más intensas de lo que va de feria en La Malagueta, donde cortó tres orejas tras dos faenas de mucha verdad, compromiso y torería. Su nombre quedó grabado en una plaza que reconoció el toreo más sincero. También paseó un trofeo de cada uno de sus sus oponentes Manuel Escribano.

La tarde tuvo un nombre propio: David de Miranda. El de Trigueros encontró en su primer toro un rival exigente al que le arrancó una faena poderosa, sin concesiones, cimentada en el temple y el valor seco. Supo tapar las carencias del astado con un pulso firme que levantó al público de los asientos. Logró conectar con una plaza entregada a la emoción que transmitía su toreo y paseó dos orejas que supieron a triunfo grande. Con el sexto volvió a entregarse por completo, incluso tras una dura voltereta que no le apartó de la cara del toro. Volvió con fuerza para completar otra faena meritoria, premiada con una oreja más.

Manuel Escribano se encontró con un bravo ejemplar que abrió plaza y con el que mostró actitud y toreó con temple. Aunque le pidieron con fuerza la segunda oreja, solo paseó una, al igual que del cuarto, que fue a menos el animal. Roca Rey, por su parte, anduvo voluntarioso, pero sus oponentes no le permitieron mostrar su mejor versión. El sobrero fue un muro infranqueable, y su otro toro, rajado y deslucido, solo le dejó esbozar detalles. Pese a ello, mantuvo la disposición toda la tarde.