Sevilla se rinde ante Escribano y ‘Mosquetón’

Sevilla se rinde ante Escribano y ‘Mosquetón’
Foto: Arjona / Pagés

Victorino Martín y emoción siempre van de la mano y en Sevilla también encadenado al nombre de Manuel Escribano. Un año después, nadie había olvidado su épica tarde con los toros de la A coronada y La Maestranza lo recibió con una ovación. Aún más fuerte fue con la que lo despidió. El torero de Gerena acarició la Puerta del Príncipe. Tras esfumársele en su primero por la espada, cortó las dos orejas de un excelente ‘Mosquetón, premiado con la vuelta al ruedo. Una faena poderosa, armoniosa, que causó la exaltación de los aficionados.

Escribano recibió a ‘Mosquetón’ a portagayola para ligar en pie con un ramillete de verónicas. Volvió a levantar a los tendidos en banderillas con su par ‘marca de la casa’ sentado en el estribo. El toro, muy en ‘victorino’, tenía calidad, pero tampoco era fácil. Poderoso fue el inicio por doblones para sacarlo a los medios, en el que respondió embistiendo con celo. Le exigió al torero colocación y mano baja y, tras las primeras series, consiguió el acople total y cuajarlo plenamente. Los naturales, con media muleta arrastrando el albero, tuvieron una gran profundidad y emoción. Escribano dibujó series intensas, profusas de muletazos. Una faena larga, en la que ni el torero se cansó de torear, ni el toro de embestir y el público no dejó de cantar los ‘oles’. Sonó el aviso antes de perfilarse a matar. El de Gerena se tiró a por todas y dejó un buen espadazo. Premio grande para Manuel, dos orejas, y vuelta al ruedo para ‘Mosquetón’.

Junto a la Puerta del Príncipe saludó Manuel Escribano a ‘Venerado’, que tuvo mejores principios que finales. En varas no se empleó y casi rehuyó ir al caballo. Puso al público en pie tras un espectacular tercio de banderillas de dominio y exposición. El de Gerena estuvo inteligente y seguro con un animal incierto al que fue haciendo por el pitón izquierdo. Le dejó las telas puestas en todo momento, respondiendo el ‘victorino’ con fijeza. Tras dos series al natural, tomó la diestra y firmó un muletazo eterno que hizo sonar a la música. Volvió para abrochar con la zurda con una serie de gran mérito en redondo que hasta tuvo suavidad. El pinchazo previo a la estocada le robó la oreja y el abrir la puerta con la que sueña.

‘Pesador’, que hizo tercero, le arrancó el capote de una mano a Daniel Luque, que resolvió con mucha torería para torear con largas junto a tablas. Ligó a la verónica con el envés de la capa, ganándole terreno y con cadencia. Brindó al cielo, a su padre, que falleció hace unos días. El sevillano, con total claridad de ideas, dejó una primera serie de importancia por el pitón derecho. Por el izquierdo, le tragó mucho, parones y miradas, pero no fue óbice para firmar naturales de mucho mérito. Metido en los terrenos de su oponente en una lección de entrega y verdad. El de Victorino Martín se sintió podido y buscó las tablas. Mató de una estocada y, aunque hubo petición, todo quedó en una ovación.

‘Estudioso’ metió bien la cara en el puñado de verónicas armónicas que cinceló LuqueJabato dejó un buen puyazo en el segundo encuentro, aunque no se empleó el animal. El de Gerena le quiso buscar las vueltas para armar faena. Con prontitud se vio que no quería embestir. Solo buscaba al torero. Lo que viene siendo una ‘alimaña’. Tuvo que macheterarlo por bajo y coger la espada.

‘Planetario’ se hizo esperar, mientras La Maestranza aguardó su salida con un silencio absoluto. Tardó una eternidad en asomar por la puerta de chiqueros y se emplazó en el centro del platillo. La primera ovación se la llevó Juan Sierra, que fue a pararlo. El Cid lo lidió andándole hacia atrás mientras le buscaba los tobillos. El de Victorino marcó la querencia, donde tuvo que ser picado, aunque en el primer encuentro apretó. Como era de esperar, en banderillas tampoco lo puso nada fácil. El de Salteras puso empeño y le tragó por momentos, pero llegó parado a la muleta.

‘Cucador’, que hizo cuarto, fue muy brusco en los capotes de los que buscó la huida, al igual que del picador. El Cid dejó patente su oficio con un toro que, en el segundo muletazo, le costaba pasar y hacía hilo por él. Aunque sin ser fácil, no sacó las complicaciones de sus hermanos. Intentó ligar e incluso buscó templar en algunos naturales, pero no terminó de tomar el relieve suficiente su labor.

 

Ficha del festejo:
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Octava de abono. Feria de Abril. Lleno. Toros de Victorino Martínbien presentados y de juego desigual. El quinto, ‘Mosquetón’, fue premiado con la vuelta al ruedo.

El Cid (de tabaco y oro), silencio y silencio.

Manuel Escribano (de azul noche y oro), ovación y dos orejas tras avisos.

Daniel Luque (de verde hoja y oro), ovación tras petición y palmas.

Incidencias: Saludó Juan Sierra tras banderillear al cuarto.

Sandra Carbonero