Roca Rey apunta a la Puerta del Príncipe en una tarde en la que ‘Manisero’ disparó clase a raudales

Roca Rey apunta a la Puerta del Príncipe en una tarde en la que ‘Manisero’ disparó clase a raudales
Foto: Arjona / Pagés

Undécima corrida de la Feria de Abril y el cerrojo de la Puerta de Príncipe continúa echado. Ha habido simiente para desenroscarlo, porque ha habido un puñado de faenas importantes, pero las tardes no se han terminado de redondear por algún motivo. Tal vez, la más clara fue la de hoy. Roca Rey desorejó a ‘Manisero’, un gran toro de Victoriano del Río que se suma al cuadro de honor del ciclo. Lo tenía todo a su favor, especialmente al público, pero las cualidades del sexto también lo estaban. Lo que falló fue la suerte suprema, que hizo que el peruano abandonara la plaza a pie.

‘Manisero’ metió la cara con humillación en los lances del saludo de Roca Rey. Fue muy medido en el peto porque no andaba sobrado de fuerza. En el último tercio desarrolló todas sus grandes virtudes emanadas de su bravura. Explosivo fue el epílogo por estatuarios, que combinó cuando nadie esperaba con un pase por la espalda para rematar con un molinete y el de pecho. El de Victoriano del Río tuvo una clase exquisita. Tras la primera serie con la diestra que hizo sonar la música, continuó por ese pitón, pero improvisando con circulares invertidos que tuvieron mucho calado en los tendidos. ‘Manisero’ todavía tuvo mayor calidad y profundidad por el pitón izquierdo. Roca Rey selló al natural los mejores pasajes. Haciendo uso de su personalidad, terminó metido completamente en los terrenos del animal, poniendo al público en pie. El aviso cayó cuando se perfilaba a entrar a matar. Se tiró a matar a por todas, dejando una estocada que le valió las dos orejas.

‘Espiguita’ ya embistió por bajo y con codicia en los lances de Roca Rey, ganándole terreno. Volvieron a medirlo en el peto, donde no se entregó. Inició el peruano con pases cambiados por altos para ligar con una serie de derechazos en los que perdió la muleta. En la siguiente, con mayor reunión, avivó la llama y la esperanza de triunfo grande. El toro tuvo ritmo exigió suavidad en las telas. Toreó en redondo al natural, recortando distancias mientras su oponente iba perdiendo celo. Faltó rotundidad para rematar la tarde, pero el público lo iba a elevar en hombros si la espada entraba a la primera. Dos pinchazos y una estocada baja y fumata negra también en La Maestranza.

‘Tallista’, que abrió la plaza, mostró desde la salida que no estaba sobrado de fuerza y no se entregó ni en los capotes ni en el caballo. Le brindó Miguel Ángel PereraEl Juli. Lo fue haciendo, pulseándolo a media altura. La faena cogió relieve cuando tomó la zurda, enganchándolo desde adelante hasta muy atrás con mucha despaciosidad y ligando. El de Victorino del Río sacó fondo y clase, aunque ya al final quiso rajarse. Mató de una estocada y, aunque hubo petición, no se concedió la oreja.

A ‘Desgarbado’, como dictaba su nombre, le faltó garbo y fondo en conjunto. Miguel Ángel Perera sin probaturas, se puso a torear en los medios dosificándolo, por la justeza de raza. El extremeño recurrió a la técnica para que rompiera hacia adelante, pero entre el punto de sosería y la falta de embroque, no logró conseguirlo. Dejó otra estocada.

Juan Ortega dibujó verónicas de bella factura, al igual que la media con la que remató. Con el toro marcando ya la querencia en tablas, Roca Rey quitó por chicuelinas. El sevillano lo intentó por ambos pitones. Sólo logró un par de naturales aislados porque el manso segundo no quiso embestir en ningún momento.

‘Vampirito’, al que saludó con lances muy estéticos, tampoco le dio ninguna opción para el triunfo a Ortega. Un animal con mejores inicios que finales y falto de raza total. Lo único que pudo firmar fueron varios trincherazos con mucho sabor y temple con los que comenzó una faena sin contenido.

 

Ficha del festejo:
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de Abril. Cartel de ‘No hay billetes’. Toros de Victoriano del Río, desiguales de presentación y juego. Destacó el tercero. 1º, falto de fuerza; 2º, manso; 3º, bravo con clase y humillación; 4º, sin fondo; 5º, deslucido; 6º, con calidad venido a menos.

Miguel Ángel Perera (de marino y oro), vuelta tras petición y silencio.

Juan Ortega (de verde manzana y oro), silencio y silencio.

Roca Rey (de celeste y oro), dos orejas tras aviso y silencio tras aviso.

Incidencias: Antonio Chacón saludó tras banderillear al tercero.

Sandra Carbonero