La tauromaquia de Morante no tiene límites

La tauromaquia de Morante no tiene límites
Foto: Arjona / Pagés

Morante de la Puebla se adueñó del lunes de pescaíto. Otra tarde más, ha demostrado que está en un momento en el que su tauromaquia no tiene límites. El sevillano parece que ha renacido de sus cenizas, como un ave fénix, con su mismo arte, pero con una pureza y un valor al alcance de pocos. Cierto es que cortó una oreja, al igual que Manzanares y Talavante, pero los argumentos del torero de La Puebla fueron monumentales. Frente a ellos, el alicantino los combatió con una búsqueda de un acercamiento con Sevilla y el extremeño con su genialidad. Pero Morante alcanzó un estatus al que no era posible responder. 

Con una sonora ovación recibió La Maestranza a Morante, que con la humildad que lo caracteriza no quiso protagonismos y saludó desde el callejón. De salida, ya se vio que ‘Filigrana’ estaba justo de fuerza. Del tercio de varias, pese a no ser castigado, salió mermado de facultades y asomó el pañuelo verde. Su lugar lo ocupó ‘Aguileño’, al que le recetó varias verónicas, pero perdió las manos y estuvo a punto de coger a Morante. A pies juntos, pegado a tablas, comenzó con estatuarios muy toreros que remató con un pase de la firma y otro de pecho de bella factura. Le ligó muletazos en los que lo fue pulseando a media altura para que el sobrero no perdiera las manos. Instrumentó dos tandas de gran relieve y encaje. Por el izquierdo, le costaba más, por lo que los naturales fueron aflorando de uno en uno con mucho temple. Mató de pinchazo y estocada y perdió un posible premio.

Sin fijeza y sin entrega salió ‘Derribado’ y tampoco se empleó en varas. Morante comenzó con unos doblones para hilvanar con ayudados por alto muy templados y ceñidísimos. Volvió a mostrar su capacidad y la convicción con la que anda. Cimentó series notables por el pitón derecho, el más potable, cargadas de temple y componiendo la figura. Puso la raza que le faltó al toro y cinceló una importante serie al natural de mucho mérito y metido en los terrenos de su oponente. Selló una actuación de valor y pureza absoluta con una estocada y cortó una oreja.

José María Manzanares saludó con un ramillete de verónicas con suavidad a ‘Zarambano’, que metió bien la cara en la capa. La misma calidad la mostró en un gran quite de Talavante por gaoneras. Sin probaturas, se puso a torear con la diestra dejándosela puesta y bajándole la mano desde la segunda tanda mientras que Tejera inició las notas de su predilecto pasodoble ‘Cielo Andaluz’. Fue dosificando las embestidas con series cortas con estética. Lo intentó al natural, pero por ahí no respondía igual. Al volver a la diestra, firmó la tanda más rotunda, enroscándose el toro, que levantó los olés más fuertes. Acabó con él de una estocada baja, aunque efectiva, y paseó una oreja.

Manzanares volvió a jugar bien los brazos en el saludo a ‘Frangeado’, que pasó sin lucimiento por el peto. El de Olga Jiménez sorprendió en último tercio. Un toro encastado que no paró de embestir, tomando la muleta con fijeza y franqueza, especialmente por el pitón izquierdo. Fue por ahí por donde el alicantino consiguió entenderse mejor con él y por donde afloraron dos series de naturales de mayor expresión. Por el contrario, con la mano diestra no terminó de verlo claro. Dejó un pinchazo previo a la estocada.

‘Espléndido’, que de eso sólo tuvo el nombre, se desplazó con celo en el capote de Alejandro Talavante y manseó en el caballo. Cogió de forma muy fea a Javier Ambel, infiriéndole una cornada en el muslo derecho cuando clavó el tercer par de banderillas. El extremeño limpió los muletazos en los primeros compases de la faena, que quiso construir en las cercanías de tablas. El de Hnos. García Jiménez protestaba y se frenaba en los muletazos y fue desarrollando sentido, por lo que decidió abreviar. La espada cayó desprendida.

Variado fue el recibo de Talavante a ‘Festín’ intercalando cordobinas, chicuelinas y una larga invertida. En banderillas ya marcó la querencia. El extremeño puso al público en pie en un prólogo vibrante de rodillas con la diestra y lo mejor, las arrucinas. Esa conexión se mantuvo durante toda la actuación, en la que hubo tiempo para la improvisación con otro de Olga Jiménez que, aunque terminó rajado, tuvo gran calidad. Alejandro toreó relajado y con despaciosidad con la diestra y con estética al natural. Cuando el toro echó el cierre, se metió entre los pitones en un final de exposición que terminó de cautivar a los tendidos. Coronó con una estocada y cortó un trofeo.

 

Ficha del festejo:
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de Abril. Cartel de ‘No hay billetes’. Toros de Hnos. García Jiménez (1º como sobrero) y Olga Jiménez (5º y 6º), justos de presentación y desiguales de juego. 1º bis, falto de fuerza; 2º y 5º, bravos; 3º, desrazado; 4º, manso; 6º, con calidad.

Morante de la Puebla (de turquesa e hilo blanco), ovación tras aviso y oreja tras aviso.

José María Manzanares (de marino y oro), oreja y ovación tras aviso.

Alejandro Talavante (de blanco y oro), silencio y oreja con petición de la segunda.

Incidencias: Javier Ambel fue atendido en la enfermería de una ‘herida por asta de toro en el compartimento anterior del muslo derecho suprafascial con trayectoria anterior ascendente entre recto anterior y vasto interno con scalp de 30 cm. sin afectación de estructuras vasculares. Pulso femoral, poplíteo y distales conservados. Se procede a lavado quirúrgico, hemostasia correcta, colocación de drenaje y cierre por planos bajo raqui anestesia. Asimismo contusión costal y cervical. Se traslada a Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla. Pronóstico menos grave. Firmado: Dr. Octavio Mulet Zayas’.

 

Sandra Carbonero