‘Profesor’ pone la nota y David Galván da la lección

Dice el refrán que ‘la suerte no es para quien la busca, sino para quien la encuentra’. Algo así debió de pasar esta tarde en La Maestranza. Ginés Marín, ansiado de triunfo, pechó con un lote sin opciones, mientras que El Fandi tuvo en sus manos a uno de los grandes toros de la Feria de Abril. ‘Profesor’, de Alcurrucén, ocupa lo alto del pódium del serial, hasta el momento, por su humillación, clase, ritmo y casta. La moneda también cayó de cruz para él, ya que el granadino no supo encontrar el acople para darle la categoría que merecía. Pero la tarde tiene un segundo capítulo más allá del ganadero. David Galván, que volvía a Sevilla tras diez años de ausencia, dio una gran dimensión y regaló una faena de inspiración. El gaditano cruzó el ruedo camino de la calle Iris entre una ovación, pero con la espinita de no haber rubricado con el descabello ninguna de sus dos actuaciones.
‘Pelucón’, que hizo segundo, salió suelto de la capa de David Galván y tampoco se terminó de entregar en el peto. Ginés Marín dejó un par de lances y una media de bello trazo. El gaditano impuso su personalidad en un inicio de faena por bajo. Lo llevó cosido en la muleta con largura a media altura, siempre acompañando con la cintura y con verticalidad en las siguientes tandas. Hubo algunos naturales de toreo caro. No menos lo fueron los pases de pecho, de libro. Una labor muy medida, en cuanto notó que la mecha al toro se le acabó, buscó la espada. La traca final fue con unas trincherillas muy toreras, combinadas con un natural templadísimo y un molinete. La oreja la tenía en sus manos, pero la espada cayó tendida y precisó de cuatro descabellos.
‘Favorito’, no hizo gala de la buena reata que le precedía. Galván fue componiendo la faena usando la carta de la técnica, pero imponiendo su concepto. El gaditano provocó que el astado embistiera hacia adelante, dejándole la muleta puesta y con toques firmes a un animal que, aunque noble, no terminó de humillar. Una obra de convicción en la que se palpó su evolución como torero. Volvió a errar con los aceros.
El cuarto, ‘Profesor’, fue un toro de nota. Aunque no hizo buena pelea en varas, fue encastado, con emoción, fijeza y humillación. El Fandi estuvo vibrante en el tercio de banderillas, que coronó con un par al violín. Rodilla en tierra, le pegó dos circulares que hicieron sonar la música. De la misma forma, en redondo y de hinojos, prosiguió. Ya en pie lo condujo largo, pero la faena fue bajando la intensidad, mientras que el de Alcurrucén no se cansaba de tomar las telas. Concluyó con un pinchazo y estocada. ‘Profesor’ se fue bajo una gran ovación, pese a que se le pidió tímidamente la vuelta al ruedo, y con las orejas puestas.
El Fandi recibió con una larga cambiada a ‘Campano’, un toro amplio y pesador, que abrió plaza. Galván intervino en la suerte de quites por chicuelinas y una garbosa media. El granadino clavó con soltura los tres pares de banderillas. La faena de muleta no terminó de coger vuelo tras un inicio prometedor y se prolongó en exceso en el tiempo. El de Alcurrucén fue perdiendo fuelle y volviéndose más informal. Mató de pinchazo, estocada y descabello.
‘Pianero’ no apuntó cosas buenas desde que saltó al ruedo muy desentendido, sin entrega y sin raza, como también dejó patente en el caballo. Ginés Marín aprovechó la fijeza del animal, toreando ligado y reduciendo la embestida. Aunque el extremeño le hizo las cosas bien, el toro no transmitía por falta de motor, por lo que no terminó de calar en los tendidos.
La suerte tampoco cayó de su lado con el sexto. Ginés Marín no pasó de voluntarioso con un ‘Librero’ noble y sin celo, que no le dio ninguna opción a 48 horas de hacer el paseíllo en Aguascalientes.
Ficha del festejo: |
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de abono. Feria de Abril. Un tercio de entrada. Toros de Alcurrucén, bien presentados, pero desiguales de juego. 1º, mansito e informal; 2º, con clase y ritmo; 4º, encastado; 3º y 6º, desrazados; 5º, noble.
El Fandi (de berenjena y oro), silencio y ovación con saludos. David Galván (de malva y oro), ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos tras aviso. Ginés Marín (de azul soraya y oro), ovación con saludos tras aviso y silencio. |