Las otras despedidas de Morante de la Puebla

Las otras despedidas de Morante de la Puebla

Morante de la Puebla dijo adiós a los ruedos el pasado 12 de octubre en Madrid, en una tarde que quedará grabada en la memoria del toreo. Su emotiva despedida culminó una gran trayectoria marcada por la inspiración y el arte. Pero no ha sido la primera vez que Morante protagoniza una retirada en su carrera. Si esta vez es la definitiva, solo lo sabe él.

La primera retirada se remonta a 2004. Con apenas 24 años y convertido ya en figura del toreo, Morante suspendió la temporada por problemas de salud mental. Según publicó ABC, Morante ‘reafirmó su decisión por motivos psíquicos’, y El Mundo señaló que el torero se encontraba en tratamiento médico y necesitaba descanso. Tras someterse en Miami a un tratamiento por problemas de salud mental, reapareció el 5 de marzo de 2005 en Olivenza, en una tarde de gran expectación.

En 2007 volvió a cortar la temporada tras estoquear seis toros en solitario en la Corrida de la Beneficencia, ‘para tomarse un descanso’, según comunicó su apoderado por aquel entonces, Rafael de Paula —con quien rompería más tarde—, a El Mundo; y ‘por haber perdido la ilusión’, según confirmó el diario El País. Volvió el 6 de enero de 2008, Día de Reyes, abriendo la Puerta Grande de la Monumental Plaza México. En España reapareció el 29 de febrero en Vistalegre (Madrid), en un mano a mano con Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’.

Una década más tarde, en agosto de 2017, Morante sorprendió de nuevo al anunciar, tras torear en El Puerto de Santa María un mano a mano con ‘El Juli’, que se retiraba del toreo ‘por aburrimiento del sistema taurino’, en declaraciones a la agencia EFE. Menos de un año después, el 12 de mayo de 2018, reapareció en Jerez de la Frontera.

Tras liderar el escalafón taurino en 2022 con 102 festejos y cortar un rabo en Sevilla en 2023, 48 horas antes de la Corrida de la Beneficencia de Madrid de 2024 decidió ‘interrumpir la temporada’ de forma indefinida, pero ‘no definitiva’, en palabras de su apoderado Pedro J. MarquesEl Mundo, por la recaída del trastorno disociativo que sufre. Fue una temporada de vaivenes hasta que la cerró definitivamente en septiembre, sin fecha de vuelta.

Con esa incógnita en el horizonte sobre si volvería a vestirse de luces en 2025, Morante pasó un invierno complicado, sometiéndose a un tratamiento de electroshocks que le provoca amnesia transitoria, según explicó el propio torero en ABC.

Más de 200 días pasaron hasta que Morante reapareció. Aunque todo estaba previsto para que fuera en Olivenza, la corrida se aplazó por la lluvia, suspendiéndose de nuevo por el mismo motivo. Finalmente, Extremadura sí fue el fuero de su regreso, concretamente en Almendralejo el 29 de marzo. Desde aquel momento, el diestro de La Puebla del Río firmó tardes cumbres, alcanzando su cima artística hasta el momento: desde las inspiradas actuaciones en Sevilla, los rabos de Jerez, Salamanca o Marbella, hasta una memorable faena en El Puerto y las dos puertas grandes de Madrid. La cogida del 10 de agosto en Pontevedra marcó un punto de inflexión en la temporada, con algunas caídas de los carteles, hasta que culminar con el doblete en Las Ventas el 12 de octubre.

Morante, que tantas veces se marchó sin avisar, eligió esta vez despedirse ante todos, con gesto solemne, silencioso y con las lágrimas recorriendo su rostro. Con su adiós del 12 de octubre, no solo cierra un capítulo, sino que deja un legado imborrable en la tauromaquia. Mientras tanto, seguiremos soñando con un regreso no muy lejano, para seguir disfrutando de la grandeza de su toreo.

Sandra Carbonero