El capote y la autoridad de Daniel Luque iluminan una tarde gris
Fuente Ymbro fue la ganadería triunfadora en la última Feria de Abril. Había mucha expectación por ver qué toros traía Ricardo Gallardo en esta ocasión a la Maestranza. La terna también era muy esperada. Tanto Antonio Ferrera, como Miguel Ángel Perera y Daniel Luque cumplían su última tarde en el ciclo. Estos dos últimos, lo hacían con el sabor especial que dejaron en sus anteriores comparecencias. Al final, es el toro el que decide el sino de una de corrida y, en esta ocasión, Fuente Ymbro provocó desazón y malestar en los tendidos.
La función comenzó con Ojinegro. Un toro de 630 kg y de hechuras imponentes. Metió la cara con clase y humillación en el capote de Antonio Ferrera. Brindó al respetable y se lo llevó con una serie con la diestra hacía los medios. En esos terrenos el de Fuente Ymbro no embistió igual y decidió cerrarlo. Lo intentó el extremeño por todos los medios, pero el toro no le volvió a regalar nada más. Cada vez más corto y más protestón finalizó el diestro sin lucimiento.
Con el cuarto, Ferrera no tuvo ninguna opción por ningún pitón. Lo intentó, pero el astado era reservón, no tenía recorrido, pero sí cierto peligro. El público se impacientó y Antonio se fue a por la espada.
Por verónicas ganándole terrenos hacia los medios saludó Perera al primero de su lote. Hortelano se arrancó desde lejos y con alegría en sus dos encuentros con el caballo. Distinto fue en la muleta en la que acusó la falta de fondo. En el inicio cayó desplomado y cuando Miguel Ángel intentaba que humillara, perdía las manos. Tomó la muleta andando y sin ninguna emoción. El diestro no pasó de voluntarioso.
Vinazo puso en apuros a la cuadrilla de Perera en el tercio de banderillas en la que destacó un sobresaliente Curro Javier. No tuvo una papeleta fácil Miguel Ángel. Lo toreó siempre fuera de la raya de picar para intentar que no se rajara. Fue otro Fuente Ymbro falto de casta y fondo con una embestida irregular. El extremeño estuvo muy firme, pero fue imposible el lucimiento.
Con un ramillete de verónicas gustándose y con las zapatillas enterradas en el albero recibió Daniel Luque a Levítico. El lío con el capote continuó con el galleo para colocarlo en el caballo y el quite, otra vez, por verónicas. Por abajo y exigiéndole comenzó el de Gerena su labor. El animal tenía clase y humillación y pronto caló en los tendidos. Al natural iba al hilo de la muleta y salía desentendido, pero Luque se impuso a él con torería y mando. Pinchó y tras la estocada tardó en caer y se enfrió un poco el ambiente y
Guardés cerró la tarde entre el desasosiego de los aficionados. Tampoco fue un buen toro, pero Daniel volvió a estar muy por encima de él. Se encontró con un oponente desclasado y que no rompió hacia adelante.
Ficha del festejo:
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido.
Toros de Fuente Ymbro con exceso de kilos y deslucidos.
Antonio Ferrera (verde y oro): silencio y silencio.
Miguel Ángel Perera (grosella y oro): palmas y silencio.
Daniel Luque (azul y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio.
Javier Ambel saludó tras banderillas en el segundo y Curro Javier en el quinto.