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Jesús Enrique Colombo reafirma su idilio con Pamplona

El torero venezolano cortó tres orejas de la «miurada»

Jesús Enrique Colombo ha caído de pie en los sanfermines. El torero venezolano ha abierto por segundo año consecutivo la Puerta Grande de Pamplona con los toros de Miura a los que les ha cortado tres orejas. Lo que nadie pone en duda, es su entrega absoluta lo que hará que su idilio con la afición navarra se prolongue en el tiempo. Otro trofeo cortó Manuel Escribano, que tras encontrarse con un durísimo sobrero de Cebada Gago, desplegó su repertorio con el quinto «Miura». Por su parte, Antonio Ferrera no tuvo opciones.

«Palmiteño», que hizo tercero, humilló en el percal de Jesús Enrique Colombo. Quitó por navarras para colocarlo en el peto, donde no se empleó nunca. Banderilleó junto a Manuel Escribano, en un tercio complicado. El de Miura llegó al último tercio sabiendo lo que se dejaba atrás. El venezolano hizo una faena de exposición, robándole pases perdiéndole pasos. Metió la espada habilidosamente, aunque cayó algo baja, y paseó una oreja.

«Pandereto», que cerró la Feria de San Fermín, acudió a los capotes con violencia. La misma con la que lo hizo en las lopecinas que instrumentó Jesús Enrique Colombo, que casi fue arrollado. Le apretó mucho en banderillas en donde arriesgó en los tres pares. Con la Puerta Grande entreabierta, apostó desde el inicio en el centro del platillo. En las primeras series de derechazos se dejó, aunque pasaba con la cara a media altura. Al natural le costó más, provocándole la embestida mientras se iba rajando. Cerró con manoletinas y una estocada fulminante y le arrancó las dos orejas.

Manuel Escribano fue a recibir a portagayola a «Tahonero», nombre mítico de este hierro, que se chocó contra el burladero y se rompió un pitón. En su lugar saltó «Sabanito», de Cebada Gago, primer sobrero reseñado, que salió muy abanto y rehusó de la puya en el primer encuentro. En tres ocasiones más, acudió a ambos caballos recibiendo un picotazo. En el quinto, fue picado. Compartió el tercio de banderillas con Jesús Enrique Colombo, haciendo las delicias ambos. Comenzó adornándose con molinetes aprovechando las inercias del manso sobrero. El de Gerena quiso poner toda la entrega y emoción que le faltó a su oponente. Buscó la limpieza en los muletazos, ya que continuamente echaba la cara arriba. A medida que avanzaba la lidia, fue desarrollando peligro. Se tiró a matar tirándose encima a la vez que el toro se le arrojó al pecho.

En el quinto, volvió a irse a la puerta de chiqueros a esperar a «Dobladores», que salió hacia la izquierda sin ver al torero. Mientras daba la vuelta al ruedo, se colocó en el tercio para instrumentar dos largas de rodillas. Galleando lo puso en el peto, donde se arrancó con alegría en ambos puyazos. Manuel Escribano estuvo vibrante con los rehiletes, especialmente en un último par al quiebro por los adentros. Con unos pases cambiados por la espalda ajustadísimos como prólogo, mantuvo la expectación en los tendidos. El «Miura» no quiso pelea por la falta de fuerzas y raza. Pese a que le hizo las cosas bien, su labor no transmitía lo suficiente por la condición de oponente. Mató de una estocada y cortó una oreja.

«Estornino», un toro alto y largo con un gran trapío, abrió la tarde sin entrega en el capote. Antes de que Antonio Ferrera lo citará para iniciar la faena, metió la cabeza en el burladero. El extremeño lo sacó para los medios donde ya se observó que tenía sólo una media arrancada que intentó prolongar. Los muletazos fueron de uno en uno en los que pasaba andando y con sosería. Mató de media estocada y dos descabellos.

El cuarto, «Chirrino», un «Miura» muy amplio de pitones. se defendió en caballo. Un astado que incierto, que buscó a Antonio Ferrera en la muleta. El extremeño sólo pudo justificarse y para ello tiró de tauromaquia antigua, ciñéndose con el por bajo y firmando dos trincherillas con mucho sabor.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Pamplona. Último festejo de la Feria de San Fermín. Lleno. Toros de Miura y Cebada Gago (2º bis), bien presentados y de poco juego en general. 1º, noble, sin transmisión ni recorrido; 2º, manso; 3º, complicado: 4º, desrazado; 5º, noble, pero justo de fuerzas; 6º, rajado y con peligro.
Antonio Ferrera (de violeta y oro con cabos azabache), silencio y silencio.
Manuel Escribano (de grana y oro), silencio y oreja.
Jesús Enrique Colombo (de catafalco y oro), oreja y dos orejas.