La autoridad de Castella y la actitud de Roca Rey salvan un peculiar Domingo de Resurrección en Sevilla

El francés y peruano pasearon las únicas orejas de la tarde con un encierro de pocas opciones de García Jiménez que no llegó a lidiar Roca Rey

La expectación natural por la corrida de Domingo de Resurrección en Sevilla era notoria, aunque transcurría con incertidumbre cuando las agujas del reloj marcaban el inicio del festejo y la fuerte lluvia acaecida en la última hora había dejado en mal estado el ruedo. La predisposición de la terna a torear y el buen equipo de areneros de la Empresa Pagés obraron el milagro. Con más de media hora de retraso hicieron el paseíllo Morante, Castella y Roca Rey. Una tarde agridulce en la que hubo anécdotas de todo tipo, pero con un resultado pobre por el poco juego de los toros de García Jiménez. Sólo el francés y peruano pasearon sendas orejas en una anodina jornada.

Abrió la temporada «Esaborío», un torazo de 580 kilos, al que Morante de la Puebla le dejó un par de buenos lances como apertura de la temporada en Sevilla. Pasó desapercibido en el peto, donde ya denotó la falta de casta. Después de haber firmado una lidia extraordinaria en el tercio de varas, Curro Javier estuvo cumbre en banderillas al igual que Alberto Zayas. El inicio de faena la planteó con mucha suavidad el sevillano, en el que hubo un bonito trincherazo. El toro humillaba, pero entraba en la muleta andando y sin chispa. Optó por abreviar.

El cuarto, que llevaba el mismo nombre del abreplaza, tampoco se empleó en el capote de Morante, que sólo dejó una bonita verónica. Joao Fereria y, de nuevo, Alberto Zayas deslumbraron con los rehiletes. El sevillano comenzó con mucha torería pegado a tablas. Lo sacó hasta la segunda línea de picar, donde firmó varios derechazos muy estéticos. Al toro le faltó casta y pronto echó el cierre.

Sebastián Castella no pudo lucirse en el saludo a «Raleo», que embistió con aspereza y se defendió en el caballo. Quitó con verónicas en las que se observó la falta de recorrido del de Hnos. García Jiménez, quedándose muy por abajo. Tampoco fue fácil en banderillas, pero Rafael Viotti clavó con eficacia. Desarrolló más violencia en el último tercio, que comenzó el torero francés genuflexo, abriéndole los caminos. Cimentó la faena por el pitón izquierdo por el que a base de mando se impuso. Firmó un ramillete de naturales importantes, intentando ligar siempre, pese a que el animal nunca fue entregado. El otro valor de la actuación de Castella fue la medida del tiempo. Concluyó con una estocada y una oreja de ley que cayó en sus manos.

Recibió con verónicas ganándole terreno hacia los medios a «Espléndido». Castella comenzó con mucha firmeza para llevárselo fuera del tercio. Un epílogo que daba esperanzas para que la faena tomara vuelo, pero el de García Jiménez tenía una embestida informal, a veces incluso pasaba con violencia.

«Amargado», que hizo tercero, saltó al ruedo blandeando por lo que ante el enfado del respetable el presidente lo devolvió. En su lugar salió «Frangeado», con el hierro de Olga Jiménez, también justito de fuerza. Ante esta condición, se le midió mucho en el peto. Roca Rey lo condujo a media altura con mucho mimo y dándole espacio. Un toro noble, que sacó fondo y el diestro peruano plasmó muletazos cadenciosos y con largura. Cuando le apretó en mitad de la faena, ya el astado vino a abajo. Puso fin con una estocada y paseó una oreja.

A la salida del sexto reinó la confusión en la plaza. «Caramelo», el precioso castaño que cerraría el encierro de García Jiménez, no apareció en el ruedo. Hizo presencia el segundo sobrero, de nombre «Deseado» y con la divisa de Ramón Sorando, que manseó en los primeros tercios. Con mucha decisión, Roca Rey se lo llevó a los medios para intentar que empujara hacia adelante, pero su oponente no quería pelea e intentó rajarse pronto. El peruano lo mantuvo acortando las distancias. Finalmente tuvo que irse a por la espada ante la imposibilidad de lucimiento de su quehacer.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Domingo de Resurrección. Cartel de «No hay billetes». Primera de abono. Toros de Hnos. García Jiménez, el 3º como sobrero de Olga Jiménez y el 6º bis de Román Sorando, desiguales de presentación y juego. 1º, descastado; 2º, complicado; 3º, justo de fuerzas; 4º, falto de casta; 5º, deslucido; 6º, manso.
Morante de la Puebla (de buganvilla y oro), silencio y silencio.
Sebastián Castella (de marino y oro), oreja y silencio.
Roca Rey (de verde botella y oro), oreja y silencio.
Incidencias: La corrida comenzó con más de media hora de retraso para la adecuación del ruedo por las lluvias caídas una hora antes.
Saludaron tras banderillear al primero Curro Javier y Alberto Zayas; en el cuarto, de nuevo Zayas y Joao Ferreira; y en el quinto hizo lo propio José Chacón.