Los «Miuras» no defraudan en una tarde en la que Esaú Fernández corta la única oreja

Los del hierro de Zahariche mantuvieron el interés en un festejo en el que la terna dio la cara

Foto: Arjona / Pagés

La tradicional corrida de Miura ha puesto el colofón a una Feria de Abril con muchos tintes. Un hierro, que como es habitual, despierta el interés de muchos aficionados y, lo más importante, lo ha mantenido durante toda la tarde. El encierro tuvo las complicaciones marca de la casa, pero la terna rodó a la altura de sus oponentes. El triunfador fue Esaú Fernández, que paseó una oreja del tercero, mientras que El Fandi y Manuel Escribano acariciaron el trofeo.

«Charrán», que hizo tercero, no le permitió lucirse con el capote a Esaú Fernández. Cumplió en varas, donde fue medido, mientras que no lo puso nada fácil en el tercio de banderillas. El de Camas intentó domeñar la embestida de un toro con muchas teclas, andarín, aunque humillaba. Le tomó el pulso en la distancia correcta con los toques precisos. Dibujó series intensas en las que le robó derechazos. Por el pitón izquierdo, tuvo mayor nobleza y recetó naturales con más suavidad. Una labor en la que estuvo a un buen nivel y abrochó con una estocada, que le valió la oreja.

Quería Esaú redondear el triunfo, así que salió a revienta calderas en el sexto, yéndose a recibir a portagayola a «Berenjeno». Ya en pie continuó por el palo tradicional. Desde los medios se arrancó el «Miura» al caballo en un último tercio de varas muy emocionante en el que fue ovacionado Juan Francisco Romero «El Pelao». Brindó a sus dos compañeros de cartel. Cerró la Feria otro ejemplar complicado, que tenía más fijeza en el torero que en los engaños. Por el pitón izquierdo pasaba andando y con la cara alta. El torero de Camas aguantó con firmeza la ardua tarea. Terminó con un macheteo por bajo y media estocada.

El Fandi cumplió su sueño de matar la corrida de Miura en Sevilla tras la lesión que sufrió el año pasado que lo apartó del cartel el mismo día del festejo. Se fue a recibir a «Hazañoso» a portagayola para ligar con lances con una rodilla en tierra, que remató con una media. El toro hizo una buena pelea en el caballo. El granadino quitó por chicuelinas. Invitó en banderillas a Escribano, al que después brindó. El de Zahariche embestía a media altura y reponía pronto. Le fue buscando las vueltas por ambos pitones para armar una faena en la que se le vio el oficio. Mató de media estocada y un descabello.

Al cuarto, «Tejón», le faltó un kilo para llegar en la báscula a los 600. El Fandi se fue otra vez a la puerta de chiqueros. El de Miura se frenó frente al diestro, teniendo que levantarse para lidiarlo hasta llevarlo a los medios. Volvió a compartir los garapullos con Escribano. Con facilidad lo sacó fuera de las rayas de picar. El granadino estuvo muy seguro con un toro con genio frente al que se vio cogido en varias ocasiones. Consiguió meterlo en el canasto con muletazos meritorios. Con la zurda, prolongó los naturales de uno en uno. Concluyó con una estocada. Hubo petición de oreja, pero el presidente no lo consideró oportuno y dio una vuelta al ruedo.

La Maestranza recibió con una sonora ovación a Manuel Escribano, que una semana después, volvía a la puerta de chiqueros. «Papelero» saltó al ruedo distraído, pero cuando se fijó en el torero fue hacia él arrollando. Ya en pie, dejó lances mirando al tendido en los que el de Miura llevó la cara alta. El animal se empleó en el peto. Hizo las delicias con las banderillas junto a El Fandi, poniendo al público en pie. Se fue al centro del ruedo para brindar y en ese mismo lugar lo citó con pases cambiados por la espalda. En la media distancia, le planteó la labor intentando limpiar los muletazos. Ligó naturales, dejándole las telas en la cara e imprimiendo temple. De nuevo con la diestra, instrumentó una serie con más rotundidad. La media estocada caída le hizo perder un posible trofeo.

«Dormido», que hizo quinto, le apretó a Escribano en la portagayola. Tuvo que refugiarse tras la larga, pero volvió a la cara y le dio otras dos para continuar con verónicas. Espectacular fue el tercio de banderillas que protagonizó con El Fandi, con un último par sentado en el estribo por los adentros. Le brindó a la banda de música por el bonito gesto que tuvo con él el pasado sábado tras la cogida. El de Zahariche no quería tomar la muleta, pero el de Gerena siguió en el sitio, exponiendo mucho. La falta de transmisión provocó que no calara tanto su labor en los tendidos.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimoquinta de abono. Feria de Abril. Lleno. Toros de Miura, bien presentados, pero complicados en líneas generales. 1º, noble y de poco recorrido; 2º, sin humillar, pero pronto; 3º, con muchas teclas; 4º, con genio y sin humillación; 5º, sosito, pero con peligro y sin clase; 6º, complicado.
El Fandi (de marino y oro con cabos negros), ovación con saludos y vuelta al ruedo.
Manuel Escribano (de blanco y oro), ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos.
Esaú Fernández (de marino y oro), oreja y silencio.