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Recital de Juan Ortega con el capote en la despedida de Pablo Hermoso de Mendoza en Sevilla

El rejoneador navarro cortó una oreja en su última tarde en La Maestranza

Todo apuntaba a que la tarde llevaría el nombre de Pablo Hermoso de Mendoza. Era la última corrida del rejoneador en Sevilla, pero también en España antes de irse a cumplir sus últimos compromisos en América para el adiós definitivo. Sin embargo la partitura cambió de letra y las notas altas las compuso Juan Ortega con el capote frente al segundo. De sus endiosadas muñecas brotaron verónicas celestiales en las que las medias se han perpetuado en el tiempo. La Maestranza fue clamor al unísono y el sevillano siguió recitando la obra en el quite, a la que se sumó Pablo Aguado. El juego de los astados no le permitieron a los matadores terminar de escribir los acordes necesarios para que el cierre de la Feria de San Miguel tuviera el triunfo deseado. Las orejas en el tiempo se difuminan. El toreo de verdad es imperecedero.

Abrió la tarde ‘Botinero’, de El Capea, que se enceló en el caballo de Pablo Hermoso de Mendoza en la salida. El rejoneador, a lomos de ‘Nómada’, clavó un rejón de castigo. Con ‘Berlín’ destacó con el toreó a dos pistas y su ya conocida hermosinas. El toro tuvo calidad y clase, y el navarro le atacó mucho desde el inicio, lo que provocó que su oponente se viniera un poco abajo. Sobre ‘Ilusión’, más en las cercanías, puso banderillas con magisterio, culminado con tres cortas. El rejón de muerte le privó de cortar oreja.

‘Africano’, el último toro de Pablo Hermoso de Mendoza en Sevilla, se lo brindó a su hijo Guillermo, que está llamado a se su sucesor. Lo recibió junto a ‘Nómada’, con el que clavó dos rejones de castigo. El rejoneador navarro estuvo inteligente y con oficio en una faena que cimentó junto a tablas. Con ‘Berlín’, se dejó llegar mucho al astado toreando a dos pistas con mucha emoción. ‘Nairobi’ recogió la estela de doma clásica con el que dejó pares con mucha pureza. Sobre ‘Justiciero’ puso dos rosas por los adentros y un par de banderillas cortas a dos manos en el que arriesgó mucho. La mató de con un rejón de muerte muy certero y cortó una oreja. Hermoso de Mendoza se fue bajo una atronadora ovación.

Juan Ortega enloqueció a los tendidos con el recibo de capote a ‘Terremoto’, que hizo segundo. Verónicas cadenciosas, con la figura encajada y una media con la que paró el tiempo. Pero ahí no terminó el lío. Quitó con cinco chicuelinas garbosas y dos medias extraordinarias. Pablo Aguado se ‘picó’ y le replicó por el mismo palo con otra media de libro. Ortega le brindó a Pablo Hermoso. El inicio muy torero, con pases de la firma para sacarlo fuera del tercio. Pronto se puso a torear con la diestra, por donde respondió embistiendo con ritmo y fijeza el de García Jiménez. Lo llevó enganchándolo desde delante, prologando los muletazos. Ya en la tercera serie, evidenció la falta de raza, queriendo irse a tablas. El sevillano tuvo que acortar la labor. Acabó con él de una estocada.

Ortega recibió al quinto, de nombre ‘Veraneante’ como el tercero, con lances en los que no se entregó. Se pegó una fuerte voltereta tras pasar por el peto. Los delantales del quite, muy armónicos. En el epílogo de la faena, ligó doblones con naturales en los que el animal metió bien la cara. Lo sostuvo el sevillano en la muleta, ya que quiso rajarse desde la segunda serie. Dejó detalles muy estéticos, pero sin poder armar una labor consistente por la condición de su oponente.

Pablo Aguado le dibujó unas bellísimas verónicas a ‘Veraneante’, que no se empleó en el caballo. Al igual que lo hiciera su compañero de cartel, le brindó a Pablo Hermoso de Mendoza. Comenzó toreando por el pitón derecho con una serie de muletazos cargados de naturalidad y temple. Poco más pudo hacer el sevillano con un toro que se quedó agarrado al piso, sin querer tomar las telas.

‘Clandestino’, que cerró la tarde, mostró muy malas formas en el capote de Aguado. Apretó en varas, aunque sin emplearse. El de García Jiménez fue un manso con genio, pero sin ninguna clase. No obstante, el sevillano se impuso con firmeza y poder, imprimiendo su toreo clásico por el pitón derecho. Por el izquierdo, más complicado, no le regaló nada.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Vigesimocuarta de abono. Última de la Feria de San Miguel. Lleno. Toros de El Capea (1º y 4º) y de Hermanos García Jiménez, bien presentados y desiguales de juego. 1º, encastado; 2º y 3º, desrazados; 4º, manso y reservón; 5º, rajado; 6º, manso con genio.
Pablo Hermoso de Mendoza, que se despedía de Sevilla, ovación y oreja.
Juan Ortega (de tabaco y oro), ovación con saludos y ovación con saludos.
Pablo Aguado, que sustituía a Morante de la Puebla (de perla y oro), silencio y ovación.
Incidencias: Saludaron en el tercero Juan Sierra y Sánchez Araújo.