Roca Rey golpea de nuevo
Hablar de Roca Rey es sinónimo ya de éxito. Nunca defrauda. No cabe duda que ha sido él el causante de colgar de nuevo el cartel de “no hay billetes” sobre la puerta de las taquillas de La Maestranza. También lo ha sido de caldear con su superioridad una tarde que iba a la deriva por la mansedumbre del encierro de Victoriano del Río. El peruano cortó un apéndice a cada uno de los astados de su lote con dos faenas de diferente calibre. Acarició la que hubiera sido su segunda Puerta del Príncipe este año, pero en cambio este triunfo le da más rédito y lo consolida más con primera figura del toreo.
“Desenvuelto”, un tercero alto y serio, salió emplazado. Hasta el caballo que guardaba puerta se fue veloz, donde apretó para sorpresa de todos. Castella ejecutó un quite variado en el que combinó chicuelinas con tafalleras, rematando con una bonita larga. Brillaron en el tercio de banderillas Antonio Chacón y Paco Algaba. Tras el mismo, se quedó en la puerta de chiqueros donde Roca Rey se fue a plantear faena. Sin probaturas, dejó una primera serie con la diestra compacta. En los mismos terrenos fue la segunda muy larga y ajustada. El de Victoriano del Río, un mansito con genio, que embestía por bajo y con fijeza. El peruano se lo llevó a la contraquerencia, para dibujar naturales de buen trazo. Una faena de largo metraje, en la que tal vez sobraron las últimas tandas. Certero estuvo con la espada y paseó una oreja.
Cerró la tarde “Cóndor”, un burraco de enorme trapío, que fue muy medido en varas. Roca Rey apostó por él en un inicio inmóvil por alto con un soberbio pase mirando al tendido. Prosiguió con mando en series de cuantiosos muletazos en los tardeaba, teniendo mejores principios que finales. Acabó echándoselo encima con una tanda por la diestra rotunda. Metido ya entre los pitones, derrochó valor con circulares y pases cambiados. Un final épico y emocionante, que levantó los aficionados de sus asientos. Esta vez, la estocada cayó algo contraria por precisó del descabello. La plaza estalló en júbilo y Roca Rey consiguió su quinta oreja esta Feria de Abril.
Un cinqueño, de nombre “Derramado” le tocó en suerte a Sebastián Castella para su vuelta a Sevilla. Se frenó en el capote poniendo en apuros junto a tablas al torero francés. Por bajo, se lo llevó a los medios para hilvanar un par de verónicas. Cuando el toro acudió al peto y sintió la puya, rehusó de ella y salió corriendo denotando su acusada mansedumbre. Con doblones muy suaves, toreando a favor del animal, comenzó Castella para sacarlo hasta los medios. El trincherazo con el que remató, torerísimo. Basó la labor con la mano diestra, ya que por el izquierdo huía más. Siempre muy tapado lo llevó en una primera tanda meritoria en la que hubo ligazón. La siguiente, larguísima y en redondo. Tras ella, el toro se sintió podido y buscó la puerta de chiqueros. Perfecta fue la ejecución de la suerte suprema, aunque tuvo que hacer uso del verduguillo.
“Gaditano” echó las manos por delante en el percal de Castella. Se vino arriba el de Victoriano en el tercio de banderillas. José Chacón expuso mucho, especialmente en el segundo par. Inició el matador galo con ayudados por alto para llevarlo fuera de las rayas. Estuvo correcto y haciendo un esfuerzo con un astado que nunca fue entregado, se quedaba cortito y le faltó fondo. No tuvo más opciones que la de irse a por la espada.
“Jarbadillo” impidió que Juan Ortega se luciera con el percal. En el caballo, lo midieron mucho. El sevillano se mostró firme con un animal con muchas teclas y con una embestida informal. Firmó dos series trabajadas en las que imprimió su concepto. La falta de fondo imposibilitó que su hacer tomara vuelo. Acertó con los aceros al tercer intento.
“Aldedano”, un cinqueño sardo que rondaba los 600 kilos, saltó en quinto lugar. Se defendió mucho en el capote de Juan Ortega, que tampoco pudo estirarse con él. El tercio de banderillas fue muy desordenando y con peligro. Bonito el inicio de faena, genuflexo y de frente. Tomó la diestra para intentar exprimir las pocas arrancadas que le regaló en las dos primeras series, antes de irse a buscar las tablas. Tuvo que cambiarlo de terrenos, pero de poco le valió porque volvió a girar hasta la querencia. Se puso también complicado para matar por lo que le costó al Ortega encontrar el sitio.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”.
Toros de Victoriano del Río, bien presentados y faltos de fondo y mansos en líneas generales. Primero, manso aunque noble; segundo, sin fondo y desclasado; tercero, manso con clase; cuarto, deslucido; quinto, rajado; sexto, manso.
Sebastián Castella (de blanco y plata), ovación con saludos y silencio.
Juan Ortega (de chocolate y azabache), silencio y silencio.
Roca Rey (de catafalco y oro), oreja y oreja.
Incidencias: Antonio Chacón y Paco Algaba saludaron tras banderillear al tercero; José Chacón, en el cuarto.