Sebastián Castella se vacía en la tarde de su primera Puerta del Príncipe
El torero francés abre su primera Puerta del Principe
Sebastián Castella ha pasado arrollando por Sevilla. Esa plaza que se le resistía. En la que por un motivo u otro no llegaba a entrar o a cuajar esa faena que le pusiera en sus manos las llaves de esa la Puerta del Príncipe que tanto anhelaba. A sus 23 años de alternativa y en la temporada de reaparición, el diestro francés más maduro y artístico, ha plasmado una de sus mejores tardes. Porque al final los sueños están para vivirlos.
Sus compañeros de cartel, Alejandro Talavante y Roca Rey, se enfrentaron a la otra cara de la moneda con un encierro desigual de Victoriano del Río en el que los dos astado de alto nivel se los llevó único triunfador del festejo.
Abrió plaza “Impuesto”, un toro con cuello y bien hecho, que pasó de largo de la capa de Sebastián Castella, pero aflorando ya la falta de fuerzas. Al caballo entró defendiéndose y perdiendo las manos por lo que el palco decidió devolverlo.
Explosivo fue el saludo del diestro francés al sobrero de Victoriano del Río. “Soleares” metió la cara con ritmo en cada una de las verónicas de mano baja ejecutadas por Castella, que combinó con tres ajustadas chicuelinas, la media y una rebolera. Acudió con prontitud al caballo, donde se entregó. Talavante dejó como carta de bienvenida un quite por verónicas que culminó con una serpentina. Con los rehiletes estuvieron magistrales tanto José Chacón como Luis Blazquez, que saludaron, sin olvidar la buena lidia de Viotti. Fue el propio Chacón el protagonista del brindis de su matador.
Comenzó la labor genuflexo en el tercio muy torero para ligar con naturales. Las siguientes tandas con la diestra fueron de largo metraje y con ligazón. Cuando tomó la zurda hubo más cadencia en los muletazos. El toro mantuvo la clase y la raza en una faena muy sentida de Castella, que firmó por manoletinas. Acertó con el estoque en el segundo encuentro y paseó la primera oreja.
“Digno”, un cuarto con mucha seriedad, sería el encargado de llevar a la gloria a Sebastián Castella. Se encontró frente a un toro encastado, pero exigente con el que nunca volvió la cara. Lo recibió con verónicas templadas ganándole terreno. El francés muy seguro y asentado se adueñó del escenario desde la primera tanda con la diestra. A ella le siguieron otras por el mismo pitón con encaje, profundidad y despaciosidad. El de Victoriano del Río no paró de repetir y el torero se rompió por bajo. No es difícil aventurarse a decir que ha sido su mejor faena en el Coso del Baratillo. Lo mató de una estocada que le valió las dos orejas.
“Casero”, un segundo altote, hizo el avión en las verónicas que dibujó encajado Alejandro Talavante. Se empleó en el peto y le permitió lucirse a Roca Rey en el quite por chicuelinas. Con los rehiletes, Miguel Murillo y Manuel Izquierdo clavaron pares meritorios. Inmóvil a pies juntos comenzó por alto el extremeño. Lo que el burel prometió en los primeros tercios se transformó en un espejismo. Sólo una tanda duro, perdiendo fuelle y sin poder repetir. Talavante estuvo muy firme, planteándole bien las telas, pero sin llegar el trasteo a los tendidos.
“Barbuquejo”, con la divisa de Toros de Cortés, salió defendiéndose y sin querer tomar el capote de Talavante. Fue un toro muy deslucido y descastado con el que el extremeño optó por abreviar.
Hasta el centro del platillo se fue Roca Rey a por “Maleado”, que rehusaba de los capotes. Metió bien la cara en los lances de probatura y el peruano dejó una media y una chicuelina con gran suavidad. El de Victoriano del Río manseó en el tercio de varas, buscando la puerta de chiqueros. En los medios lo citó, viniéndose con genio y emoción. A base de mando se impuso en las distancias cortas aprovechando esas acometidas por el pitón derecho que le regaló en las primaras tandas. Pronto echó el freno, dejándolo sin opciones al lucimiento.
Cerró la tarde “Soleares”, de mismo nombre que el buen sobrero que hizo primero, pero con un juego totalmente diferente. El astado no se empleó en el recibo, manseó y correteó de un lado a otro en el tercio de varas. Roca Rey estuvo muy por encima de las condiciones de su oponente. Lo metió en la muleta pronto, tirando de él hacia adelante con templanza, aunque nunca terminó de romper. El peruano prosiguió metido entre los pitones con bastante eco en los tendidos. Dos pinchazos emborronaron lo que pudo ser una oreja.
Ficha del festejo:
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Vigésimo tercera de abono. Cartel de “No hay billetes”. Toros de Victoriano del Río, el 1º como sobrero, y de Toros de Cortés (5º), bien presentados, pero desiguales de juego. 1º bis, con ritmo y clase; el 2º, con fijeza, pero falto de fuerzas: 3º, manso con genio; 4º, encastado y exigente; 5º, deslucido y descastado; 6º, manso.
Sebastián Castella (de fucsia y oro), oreja y dos orejas.
Alejandro Talavante (de malva y oro), silencio y silencio.
Roca Rey (de caldera y oro), silencio y palmas.
Incidencias: Saludaron tras banderillear José Chacón y Luis Blázquez en el primero; Miguel Murillo y Manuel Izquierdo, en el segundo.
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