Tres gladiadores contra viento y marea en una novillada suspendida en Olivenza

La Feria de Olivenza arrancó este viernes con la suspensión de la novillada inaugural tras la muerte del cuarto novillo. Un festejo que comenzó con quince minutos de retraso por el temporal. Cuando los novilleros trenzaban el paseíllo, aparecieron las primeras gotas, aunque lo que más imponía en esos momentos era el fuerte viento. El diluvio se intensificó en el segundo, dejando el ruedo como si fuera una piscina antes de la salida del quinto, que no llegó a producirse. Fueron sólo cuatro novillos, pero por encima de todo se vio a tres guerreros que presentaron sus armas en este duro camino hasta convertirse en figuras del toreo. Cuatro actuaciones en las que se apreció que Sergio Sánchez ha profundizado más en su tauromaquia; a un Sergio Domínguez ‘El Mella’ más asentado; y el buen gusto de Javier Zulueta.

Sergio Sánchez saludó a ‘Rescoldillo’, que abría la feria, con unas verónicas de mano baja, ganándole terreno a un animal que metió bien la cara. Quitó por saltilleras con mucha quietud. En el centro del platillo, se puso a torear pronto y con suavidad. El novillero de Badajoz firmó una faena meritoria, porque tuvo enfrente a un novillo enrazado y nada fácil y el vendaval complicó aún más su labor. Basó la faena por el pitón izquierdo, por donde brotaron naturales largos y con despaciosidad. Acortó las distancias hasta que acabó metido entre los pitones. Abrochó con unas bernadinas muy ajustadas y un gran espadazo, que le valió la oreja.

Bajo el aguacero y con el piso completamente encharcado, Sergio Sánchez se fue a recibir a portagayola a ‘Panadero’ en un derroche de valor. Con los pies clavados en el albero, empezó por estatuarios. Empujó hacia adelante a un novillo noble, pero al que le condicionó en su actitud el entorno. Puso todo de su parte el novillero, así que echó una rodilla en tierra para torear con una gran serenidad. Volvió a enterrar el acero y cortó dos orejas.

Cuando salió ‘Halagado’, que hizo segundo, la lluvia apretó más, pero Sergio Domínguez ‘El Mella’ instrumentó unos bellos lances ganándole terreno. Dejó un vistoso quite por gaoneras para seguir toreando a una mano con el capote. Brindó a su apoderado, Enrique Batalla. De hinojos en el tercio, inició el novillero de Barcarrota, toreando en redondo y con temple. Al de Talavante, que embistió con humillación y entrega, lo llevó cosido a la muleta por ambos pitones, siempre con cadencia. Paseó una oreja.

‘Buitre’, reseñado como sexto inicialmente, saltó en tercer lugar. Un novillo jabonero, bien hecho y fuerte al que Javier Zulueta sólo pudo recetar dos verónicas de buen trazo. Con mucha torería, lo sacó para los medios, donde cimentó una faena en la que hubo muletazos muy templados, siempre encajado y toreando en redondo. Los naturales del sevillano tuvieron aún más calidad frente a otro novillo noble. El de Talavante fue menos, quedándose cada vez más corto y agarrado a un piso impracticable, pero la firmeza de Zulueta se impuso. Dejó una estocada y cortó un trofeo.

Al final, los tres novilleros salieron de la plaza juntos, bajo el amparo de los aplausos de los aficionados que aguantaron como jabatos las inclemencias meteorológicas.