Recital de toreo de Juan Ortega en Valdemorillo

El sevillano cuajó de principio a fin al quinto, un buen ejemplar de Núñez del Cuvillo

Juan Ortega respondió con creces a la expectación que había creado la tarde de Valdemorillo. Un cartel de «No hay billetes» y una faena para el recuerdo que se llevaron los aficionados. El diestro sevillano salió en hombros tras desorejar al quinto toro de Núñez del Cuvillo, de buena condición. Alejandro Talavante y Ginés Marín tuvieron menos suerte con sus respectivos lotes.

Juan Ortega dio un recital con el capote a la salida del quinto con una verónicas ceñidas que culminaron en tres medias torerísimas. «Asustado», que apretó en el caballo, tomó con con ritmo el percal del sevillano que estampó chicuelinas con gran despaciosidad. La obra continuó con la muleta, toreando con ligazón, temple y mucho gusto. Hubo una serie al natural de un nivel excelso, que enloqueció a los tendidos. Firmó con ayudados por bajo y una estocada en todo lo alto. Dos orejas de ley y el de Núñez del Cuvillo recibió una fuerte ovación.

Antes, con «Barredor», ya había plasmado Ortega cuatro verónicas sobresalientes a las que le siguieron chicuelinas, delantales y una gran media. El animal, que hizo buena pelea en el tercio de varas, se fue apagando cuando avanzaba la faena. El sevillano comenzó genuflexo para proseguir al natural no antes sin dejar un cambio de mano para enmarcar. Aunque la labor no fue redonda por la informal embestida del animal, hubo tandas de bello trazo. Sentenció con una estocada tras la que hubo petición de oreja.

Abrió la tarde «Asturiano», cuya falta de fuerzas condicionó la labor de Alejandro Talavante. Lo intentó mantener en la muleta, pero nunca la tomó con entrega. «Ganador», que hizo cuarto, tampoco le trajo la suerte al torero extremeño. Un mansito al que recibió en los medios por verónicas. Talavante puso todo de su parte, alargando la embestida del «Cuvillo» que no llegaba a los tendidos.

Ginés Marín saludó con un ramillete de verónicas a «Madrilito», para quitar después por tafalleras ajustadísimas. En el caballo fue muy medido porque tampoco andaba sobrado de fuerzas. El astado no se lo puso fácil, pero fue solventando todas la dificultades en una faena que fue a más.

Las verónicas con las que recibió a «Rescoldito», que cerraba el festejo, fueron con mucha suavidad. Ginés Marín salió a por todas con un inicio de rodillas con una arrucina de infarto y derechazos vibrantes. Los instantes más importantes llegaron por el pitón izquierdo, pero poco a poco fue perdiendo celo. Abrochó por manoletinas y una gran estocada.


Plaza de toros de Valdemorillo (Madrid). Segundo festejo de la Feria de San Blas y La Candelaria. Cartel de «No hay billetes». Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y de juego desigual. Destacó el quinto, que fue fuertemente ovacionado.

Alejandro Talavante (de catafalco y plata), silencio y ovación.

Juan Ortega (de sangre de toro y oro), ovación con saludos tras petición y dos orejas.

Ginés Marín (de nazareno y oro), ovación con saludos y ovación con saludos.

Incidencias: Javier Ambel saludó tras banderillear al cuarto y, Antonio Chacón, en el sexto.