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Guillermo Luna: “Torear en Sevilla para mí es un sueño”

El novillero de Trigueros, que debuta este jueves en La Maestranza, afronta una temporada cargada de grandes compromisos

Huelva está viviendo un momento de gran esplendor en el toreo. Su presente y su futuro están asegurados de la mano de grandes promesas como el joven novillero Guillermo Luna, uno de los nombres más sobresalientes del escalafón de novilleros sin picadores, que está dispuesto a revalidar los triunfos cosechados la temporada pasada.

Este jueves será uno de los seis novilleros que trence el paseíllo en la Real Maestranza de Sevilla para participar en el XXXVII Ciclo de Promoción de Nuevos Valores de la Torería. Una cita que dice afrontar «con mucha ilusión y con mucho compromiso, tanto conmigo mismo como con la profesión». Para el novillero onubense «torear en Sevilla para mí es un sueño. Tenemos la oportunidad y hay que aprovechar ese cartucho que tenemos».

Ante una fecha tan importante, la preparación física y mental es fundamental. «Me estoy preparando igual que en el invierno, con mucha intensidad. Estoy haciendo un poco más de campo y tentaderos. De momento estoy tranquilo. Cuando llegue el día aparecerán los nervios». Este 11 de julio tiene una bala herrada con la divida de Dolores Rufino para deslumbrar en la noche sevillana. Sobre esta ganadería señala que «no la he toreado nunca. Sé que tiene cosas muy buenas y que van a embestir los novillos».

No muy lejos de la capital hispalense, dos días después tendrá que hacer frente a otro gran reto en Cantillana. Este año vuelve a participar en el Ciclo de Novilladas Sin Picadores que organiza la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas «Pedro Romero» del que fue finalista en la edición anterior. Guillermo Luna afirma que «es otro de los grandes compromisos que tengo esta temporada. El llegar a Cantillana, después del paso por el circuito del año pasado, me crea responsabilidad e incertidumbre. Hay que dar el cien por cien de uno mismo, incluso más, y estar al mismo nivel que el pasado año».

Como cada año, las cámaras de Canal Sur estarán presentes para promocionar la tauromaquia y a los nuevos valores a través de la pantalla. El novillero reconoce que «es un foco muy bueno para nosotros. Se llevan todo el verano enseñando nuestras caras. Tiene mucha repercusión y te da ambiente porque la gente se engancha al ciclo y hablan de ti. Siempre estás en la televisión o en boca de los aficionados».

Como colofón a este mes de julio, el día 30 se anuncia en la III Edición «Huelva es torera: Objetivo la Merced». En la anterior, participó dejando grandes sensaciones cortando dos orejas. «Es otro compromiso que me ilusiona. El año pasado pude salir por la Puerta Grande de Huelva. Este año tiene un plus más porque el aficionado querrá ver la evolución de un año en un novillero», asegura el onubense.

Huelva, cuna de grandes toreros, está volviendo a vivir otro momento de esplendor gracias a la nueva hornada de matadores de toros y de novilleros que vienen pisando fuerte. Algo que ha despertado una gran ilusión entre los aficionados de la tierra. Reconoce que ellos «te paran un poco por la calle cuando vas por Huelva. Hay gente que te conoce. Te emocionas porque te hablan tanto de ti como de tus compañeros. Saben que hay muchos chavales que estamos luchando por llegar a ser toreros. Es muy bonito que la afición de Huelva sepa de todos nosotros y seguro que ese día estarán en la plaza apoyándonos».

Pese a este gran ambiente, Huelva no cuenta con una escuela taurina. Por este motivo, Guillermo Luna tuvo que inscribirse en la escuela de La Algaba. Explica que «de momento no hay escuela, aunque se ha intentado poner en marcha una. Para un chaval que está empezando el estar solo, sin nadie que te ayude, es difícil. Las escuelas te dan tentaderos, novilladas, clases prácticas. Eso es lo que me hizo irme a La Algaba. Estoy muy contento allí con mi maestro Manuel Carbonell, que nos ayuda mucho y nos trata muy bien. Es fundamental para un novillero ir a la escuela para por lo menos rodarse en estos primeros años».

La pasión por la tauromaquia la llevaba en la sangre, aunque desde muy temprana edad se la han inculcado en su familia. «Mi abuelo tiene una puntita de ganado bravo en Trigueros. Lo he mamado desde pequeño. He ido a los saneamientos, a los herraderos y he visto los tentaderos en casa. Me encantaba ponerle los crotales a los becerritos». Además, tiene un espejo al lado en el que fijarse, ya que es primo segundo de David de Mirada, del que confiesa que «le estoy muy agradecido por todo lo que me ayuda, por sus consejos y conversaciones».

Con estos antecedentes, era imposible que no quisiera ser torero. Guillermo Luna se muestra muy seguro y con las ideas clara. En el toreo busca «la pureza, torear a los animales enganchados desde delante y llevarlos detrás. Un toreo vertical. Creo que hay que entregarse al toro, que cuando tu te entregas de una forma u otra lo percibe y termina entregándose».