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Gran dimensión de Román en una tarde en la que acaricia la Puerta Grande de Madrid

Leo Valadez fue cogido en el tercero

La temporada de Román está adquiriendo otra dimensión. La colocación de la estocada al quinto le ha robado el sueño que todos los toreros anhelan. Lo verdaderamente importante es a la altura a la que rodado y con la verdad con la que ha toreado. Ha paseado su segunda oreja en Las Ventas este año, ya que en su primera comparecencia el Domingo de Resurrección cortó un premio también de mucho peso. Y para ningún buen aficionado pasa desapercibida tampoco su encerrona en Valencia. Dos territorios de primera categoría conquistados y con el hambre de que estos triunfos le abran más puertas.

«Orgulloso», que hizo segundo, derribó al caballo en el que apretó. Román quitó con unas vistosas chicuelinas, mientras que Leo Valadez dejó unas caleserinas ajustadas que remató con una larga. Tras el brindis al público, se quedó en los medios para citarlo de largo en una primera tanda sin probaturas en la que se vino con emoción. Con genio y midiendo al torero, tomó la segunda serie en la que molestó el viento. La faena llegó al punto álgido cuando Román se puso a torear por el pitón izquierdo con naturales de mano baja en los que el de Fuente Ymbro dejó ver su clase. Volvió a la mano diestra ya acortando las distancias y apretándole. Abrochó una faena que tuvo mucha emoción por abajo y con una gran estocada. Aunque tardó en caer no fue óbice para que cortara una oreja de peso de un toro importante.

«Oficial» fue muy medido en el tercio de varas. El banderillero César Fernández fue volteado sin consecutivas en las salida de un par. El quinto ejemplar de Fuente Ymbro fue el más complicado del encierro. No dejó de mirarle la taleguilla a Román. Muy asentado le robó a base de valor y mando muletazos de uno en uno en los que se vio cogido en más de una ocasión. Sin dar ni un paso atrás, aguantó todos los envites intentando imprimir plasticidad. Se volcó tras la espada, pero cayó contraria y perdió la oreja que le hubiera abierto la Puerta Grande.

El tercero, «Hechizo», no se entregó en el tercio de varas. Leo Valadez quitó por chicuelinas y tafalleras. El mexicano se mostró firme con un toro deslucido, que pasaba echando la cara arriba. Cuando estaba logrando limpiar los muletazos, el de Fuente Ymbro lo prendió de la zapatilla cogiéndolo de forma dramática. Se tiró a matar y de nuevo fue cogido. Tuvo que pasar a la enfermería.

«Jurista», que abrió plaza, un cinqueño de preciosas hechuras que salió desentendido del percal de El Fandi. Intentó resarcirse en un quite ajustado por chicuelinas, aunque el animal pasó andando y haciendo por él. Banderilleó con soltura, clavando el último par al violín. El granadino se puso de hinojos para iniciar la labor. Se arrancó pronto y con genio a la muleta en ese primer trasteo. Basó la faena por el pitón derecho, dejando un par de series notorias y en redondo. Al natural intentó ligar dejándosela siempre puesta. Volvió a la mano diestra, pero el toro ya estaba muy venido a menos y acusó más la falta de clase. Mató de una estocada.

Con una larga cambiada saludó El Fandi a «Tremendo». Colocó a este cuarto en el peto por chicuelinas. Arriesgó mucho con los rehiletes. Le cogió rápido el ritmo, ligando las primeras series. El astado fue acortando el viaje y acusando la falta de fondo. El granadino con firmeza le plateó las telas metido en sus terrenos instrumentando muletazos con solvencia.

El Fandi tuvo que estoquear a «Adulador», que cerró la tarde, por la cogida de Valadez. Manejó el capote con destreza en un recibo con una larga de rodillas para llevar galleando al toro al peto y quitar de forma variada. No rehusó de poner de nuevo banderillas. Lo cuidó mucho porque estaba justo de raza, aunque fue noble. Una faena de disposición, pero con poco eco en los tendidos.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Segunda de la Feria de San Isidro. 18.497 espectadores. Toros de Fuente Ymbro, bien presentados y de juego desigual. 1º, con genio, aunque falto de clase; 2º, encastado; 3º, deslucido y con peligro; 4º, venido a menos; 5º, muy complicado y con peligro; 6º, noble.
El Fandi (de marino y oro), silencio tras aviso y silencio y silencio en el que mató por Valadez.
Román (de cielo y azabache), oreja tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.
Leo Valadez (de verde y oro), ovación en el único que mató.