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Jaime Martínez: «Torear en mi pueblo sería muy bonito para mí, es la única espina clavada que tengo»

El torero extremeño de Jerez de los Caballeros pide una oportunidad para torear en su pueblo la próxima Feria del Jamón, lo que supondría su primer paseíllo en esta plaza vestido de luces desde su alternativa

jaime martinez

Foto: vía Facebook Jaime Martínez

La ilusión inquebrantable por llegar lejos en el mundo del toro es lo que define la carrera del torero extremeño Jaime Martínez. Una trayectoria marcada por una dura lucha hasta llegar a tomar la alterativa en tierras mexicanas. Para muchos, el doctorado supondría la culminación de su sueño antes de iniciar la complicada travesía por la que tienen que cruzar los diestros cuando llegan al escalafón superior. Para Jaime es otro: el poder torear vestido de luces en su pueblo como matador de toros, aunque sólo pueda ser una vez en su vida.

Jerez de los Caballeros y su plaza de toros han marcado siempre la vida taurina de Jaime Martínez, que explica que «empecé en Jerez en 2003, cuando se abrió una Escuela Taurina que tenía de maestro Domingo Valderrama. Nunca había cogido una muleta y ahí di mis primeros pases. No tengo antecedentes taurinos, por lo que fue mi primer contacto con el mundo del toro. También debuté en público y maté mi primera becerra con 14 años».

La vida de dicha Escuela Taurina apenas duró siete meses por lo que jerezano tuvo que cambiar de rumbo. «Después seguí con la ilusión y me fui a la Escuela de Badajoz con el maestro Luis Reina. Allí toreé casi 60 novilladas en plazas como la de Badajoz u Olivenza, donde toreé un festival en el que me supo el maestro Juli con Rivera Ordóñez, Ferrera, Perera y Joao Moura. También hice el paseíllo en plazas de primera como Sevilla o Bilbao y, además, Vistalegre, El Puerto de Santa María, Arles o Albacete«.

Tras los años de éxitos como uno de los novilleros punteros de la Escuela Taurina de la Diputación de Badajoz, llegó el momento de su debut con picadores, que por supuesto fue en su pueblo. Más tarde, pasó el terrible parón que sufren los novilleros cuando se quedan solos sin el amparo de la ayuda que les ofrecen las escuelas taurinas. Esto le llevó a tomar una drástica decisión. Explica el torero que, «debuté con caballos en 2009 en Jerez de los Caballeros, pero hasta 2011 estuve muy parado. Toreaba una novillada cada temporada. A finales de ese año se me presentó la oportunidad de irme a México. Viajé en enero de 2012. Iba por dos meses, pero me quedé cinco años. Allí toreé un total de 29 novilladas

Jaime Martínez afirma que la decisión de cruzar el charco «no fue fácil. Iba recomendado a México, pero no sabía a casa de quién iba, ni conocía a nadie. Era la primera vez que me montaba en un avión. Me fui solo, con 22 años. Tuve una buena familia que me acogió muy bien. Aún así es otra cultura, otra forma de vida. El primer contacto fue duro al estar fuera de casa, lejos de mi familia. Fueron muchos años de esfuerzo y sacrificio. Me fui adaptando poco a poco y me fui ganando las novilladas y el cartel de la alternativa, que la tomé en Pachuca, que es una plaza de primera categoría. Era una feria en la que estuvieron el maestro Iván Fandiño, El Pana, Padilla, Joselito Adame, El Payo o Silveti. Fui el triunfador de la corrida, cortando dos orejas. Del mismo modo, añade que «después volví a quedarme parado. Toreé en Costa Rica cuatro corrida de toros, que allí son incruentas. Fui el último torero profesional en actuar. Ya no se hacen ninguna. En Jerez de los Caballeros toreé en 2018 un festival, el último que lo hice en público ya como matador de toros».

Jaime Martínez durante su actuación en el festival celebrado en Jerez de los Caballeros en 2018.
Foto: Sandra Carbonero

La oportunidad tan buscada de tomar la alternativa le llegó el 25 de octubre de 2015. Una propuesta que no podía rechazar, aunque matiza que «me hubiera encantado tomar la alternativa en mi pueblo y cerca de los míos. Igualmente, le estoy muy agradecido a México, que me abrió sus puertas y reconoció mi toreo».

Lo que siempre le ha acompañado a Jaime Martínez ha sido el cariño y el apoyo incondicional de sus paisanos, que lo han arropado en cada una de las tardes que ha toreado. Por eso motivo, el día de la alternativa para él «era algo soñado profesionalmente. Estaba muy contento, pero me faltaba algo, que era el calor de mi gente, de mis amigos y de los aficionados de mi ciudad. Lo que hice fue mirar la parte positiva, que era que me iba a doctorar como matador de toros. No todo el mundo tiene la oportunidad porque es una profesión muy difícil. Siempre llevo en mi corazón el nombre de mi pueblo y el calor de mi gente».

La forma darle las gracias a todas esas personas que llevan años confiando en él sería hacer el paseíllo vestido de luces en su plaza de toros. «Es la parte que me falta para corresponderle al público de Jerez. Para mí sería algo bonito y satisfactorio. Es la única espina clavada que tengo. Ya llevo muchos años en esta profesión y reconozco lo difícil que es. Aunque no toree, ha habido muchos toreros que durante muchos años no han toreado y años después han salido emergentes como Emilio de Justo, Ortega Cano, o actualmente, Borja Jiménez, que está en un gran momento».

Según las informaciones surgidas en el último pleno celebrado en la localidad pacense, el Ayuntamiento de Jerez de los Caballeros estaría planeando organizar una corrida de toros en la Feria del Jamón, que tiene lugar en la localidad durante el mes de mayo. Cabe recordar que la última celebrada fue en las mismas fechas del año 2010. En estos últimos catorce años, el coso jerezano sólo ha ofrecido clases prácticas de la Escuela de la Diputación de Badajoz o alguna novillada picada o festivales. Aunque en la misma sesión plenaria el Alcalde le aseguró a la oposición no tener nada cerrado, todo apunta a que el cartel estaría ya confeccionado. Jaime Martínez dice sentirse «muy decepcionado y triste. La afición de Jerez quiere verme, pero es más un tema administrativo. Viene una empresa foránea a dar la corrida y el Ayuntamiento, en este caso el Alcalde, no ha hecho hincapié en que Jerez tiene un torero y debe torear. Soy consciente que es un chaval joven que no conoce el mundo del toro y el sacrificio que esto conlleva. Se lo he hecho saber. Hablé con él meses antes de todo esto. Le he ofrecido mi experiencia y contactos de toreros y empresarios. Al final ha hecho sus planes sin contar conmigo y me siento muy dolido».

Por todo ello, comenzó una compaña en redes sociales que ha atravesado la pantalla. «Lo que he hecho ahora es imprimir unos documentos que he distribuido en diferentes puntos, como tiendas o bares del pueblo, donde los jerezanos pueden ir a firmar la petición para verme torear aquí. El aficionado sabe el camino que he recorrido y quiero culminar mi fase de torero. No sé si será la última corrida, pero en el caso en el que lo fuese, me gustaría que fuera en mi pueblo. Aquí empezó todo y si acabase, querría que fuera aquí vestido de luces».

Mientras pelea por una plaza en ese cartel, el torero cuenta que «sigo preparándome físicamente, entrando de salón en la plaza de toros. Cuando tengo oportunidad voy a las capeas, porque ir a una ganadería se ha puesto muy complicado. Algunos ganaderos te piden dinero por torear una vaca y no me lo puedo permitir porque soy una persona trabajadora y humilde. Hay otros ganaderos como Martín Quintana o matadores y amigos me ayudan echándome alguna becerrera». Concluye que «Un torero cuando entrena sigue soñando con estar algún día en todas las plazas. Yo soy consciente de la situación que tengo y no me quiero morir sin que mi pueblo me vea vestido de luces y toreando con dos toreros de postín. Jerez se merece buenos carteles, buenas corridas de toros».

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