Rubén Sanz, ante su confirmación de alternativa: ‘Torear es mi vida, una necesidad y lo que me llena’

Este domingo, Rubén Sanz confirmará su alternativa en la plaza de toros de Las Ventas. Han pasado dieciséis años desde que se doctoró, pero nunca antes había toreado en Madrid. Ni de novillero. Lo suyo ha sido un camino de silencio, de fidelidad y de espera. Ahora, el toreo le devuelve algo de lo que siempre entregó: verdad, pasión y una fe sin condiciones. A veces, los sueños llegan tarde, pero cuando llegan, lo hacen con el peso exacto de todo lo vivido.
Rubén Sanz lleva semanas preparándose para esta gran cita. Ha tentado en el campo y no deja de entrenar, aunque las emociones están a flor de piel a medida que se acerca el momento de cruzar el umbral de Las Ventas. ‘En este mes he ido al campo y he hecho cinco o seis tentaderos. Me he encontrado bien. Estos días los estoy viviendo con ilusión, pero a la vez con la preocupación lógica de torear en Madrid’, afirma.
La preparación física es importante, pero no lo es menos la mental. La gestión del vértigo que supone torear en una plaza como Las Ventas, y hacerlo en un día tan determinante como la confirmación de alternativa, es fundamental. ‘Estoy intentando pensar que es una corrida de toros más, porque en el fondo es la primera vez que voy a torear en Madrid y no sé muy bien a qué sensaciones me voy a enfrentar. Es una corrida de toros muy importante, pero la única forma de dar mi mejor versión es estar tranquilo y tomarlo como una tarde más’.
Confirmar la alternativa en Madrid siempre ha sido su sueño. Este domingo, por fin, se hará realidad. ‘Tengo un contraste de sentimientos. Por un lado, la ilusión de conseguirlo y de ver si con mi toreo soy capaz de emocionar a esa afición. Y, por otro, la responsabilidad de no fallarme a mí mismo por los nervios o lo que pueda pasar’, asegura el torero soriano. En el toreo, todo es despacio, pero al final llega la recompensa. ‘Me enteré poco después de torear la corrida de Soria. Rafa Camino me llamó para decirme que ya estaba hecho y que contara con torear en septiembre en Madrid. Lo primero que sentí fue incertidumbre’.
‘Creo que si uno es fiel en su forma de sentir el toreo, las cosas pueden ir saliendo’
Han pasado dieciséis años desde aquella alternativa en Soria, de manos de El Juli y Miguel Ángel Perera. Años en los que ha habido más obstáculos que facilidades, en los que torear en Madrid parecía lejano, casi imposible. Pero Rubén siempre se refugió en lo único que no le fallaba: su manera de sentir el toreo. ‘Me he refugiado este tiempo en lo mismo en lo que lo hago ahora para ir: en que yo sentía el toreo y que al final te puede poner en ser un torero importante o no, pero hay una cosa que es por la que de verdad toreo, que es por torear como yo siento y disfrutar. Creo que si uno es fiel en su forma de sentir el toreo, las cosas pueden ir saliendo’.
Para su confirmación está anunciada una corrida concurso de ganaderías. Los hierros de Concha y Sierra y Murteira Grave son los que le ha tocado en suerte. ‘En las corridas concurso se lidian por orden de antigüedad. Si no ocurre nada, en principio son los que mato. Me hace muchísima ilusión porque cuando era novillero con picadores y apenas toreaba, la familia García Palacios tenía Concha y Sierra, y todos los años iba allí a tentar. Quién me iba a decir que acabaría confirmando la alternativa con un toro suyo. Murteira Grave está muy ligada a la carrera del maestro José Luis Palomar. La última oreja que cortó en Madrid fue a un toro de Murteira. He oído muchas veces hablar de ella y ahora para mí es un orgullo matarla’, explica el matador.
La confirmación de alternativa de Rubén Sanz ha levantado una gran expectación entre los aficionados, también manifiesta desde entonces en redes sociales. ‘Soy consciente, pero intento no pensar mucho en ello. Si no, te cargas de responsabilidad. Es abrumador que un torero como yo, que soy prácticamente desconocido, genere tanta expectación entre los aficionados y que hablen tanto de ti. Es muy bonito, pero da miedo porque luego hay que estar a la altura e intentar que la gente no salga defraudada’.
‘Torear en Madrid es un regalo a estas alturas de mi vida y con lo difícil que me ha sido todo’
Su carrera se ha construido a fuego lento, casi sin ayuda. Todo ello ayuda a que una fecha como esta se haga más especial. ‘No sé qué va a pasar. Cuando eres un torero como yo, que prima los sentimientos, estás muy a la merced del toro y del público. En los años en los que no toreaba, que estuve seis años sin matar ni una sola corrida de toros, ya no es me pareciera imposible torear en Madrid; lo que parecía imposible era volver a torear. Conseguir tener ahora el ambiente suficiente para que en Madrid cuenten contigo, es algo maravilloso, impensable. Es un regalo a estas alturas de mi vida y con lo difícil que me ha sido todo. Ahora estar de repente puesto es de lo más bonito que he podido vivir y de las satisfacciones más grandes conmigo mismo es haberlo conseguido. Lo que quiero es que no solamente sea torear en Madrid, quiero ganarme el respeto de esa plaza y que sea la primera de muchas’, explica Rubén Sanz.
El paso del tiempo no ha cambiado su concepto, pero sí ha madurado su forma de vivir el toreo. ‘En el concepto o la forma de torear, poco o nada. Lo que sí ha cambiado es que ahora sí sé por qué toreo. Toreo por esa forma de sentir el toreo que tengo. Ser fiel a tu forma de torear es a veces difícil, pero si me he mantenido hasta aquí ha sido por la intensidad con la que siento el toreo. Es mi arma, pero a la vez es por lo que he seguido toreando cuando era difícil. Para mí, el toreo es mi vida, una necesidad y lo que me llena’.
Rubén se mira atrás y se reconoce. Y si pudiera hablar con aquel muchacho que soñaba con Las Ventas, sabría qué decirle. ‘Le diría que el camino ha valido la pena. Al final, con toda la dureza del toreo, con todas las lágrimas, las incomprensiones que he llevado, soy una persona que se dedica a lo que le gusta y soy libre para torear como yo siento. Le diría que lo va a tener muy difícil, que confíe en él, que todo llega’.
Las Ventas es el fin de un camino, pero también el principio de otro. Es una puerta. Un comienzo. Un reto aún mayor. ‘Después de la tarde de Madrid, lo que me gustaría es que fuera el principio de muchas tardes en Madrid y que, si ahora tengo quince partidarios allí, cuando acabe la corrida tenga cien. Sobre todo que vea que pueda tener una continuidad de seguir toreando’, concluye Rubén Sanz.