Desgarro al natural de Paco Ureña en un cierre de la Feria de Fallas con El Fandi en hombros

El murciano lo borda al natural, pero no puedo acompañar por la Puerta Grande al Fandi por la espada

El colofón de las Fallas tuvo las dos caras de la moneda. Por una parte, El Fandi salió en hombros con el mejor lote de la tarde. Especialmente el primero, un buen ejemplar de Montalvo que marcó la diferencia frente a sus hermanos. Esa Puerta Grande, que para algunos fue generosa, nunca debió cruzarla solo. Paco Ureña esculpió el mejor toreo al natural de toda la Feria. De pureza sublime y con una despaciosidad grandiosa. Dos series para enmarcar. La suerte suprema borró el triunfo numérico y esa foto finish con los dos toreros en voladas. Pero el toreo bueno de verdad es el que perdura en el tiempo.

«Cartero», que hizo quinto, tampoco permitió el lucimiento de capa de Paco Ureña. Le costó entrar en el peto, donde manseó y no se lo puso fácil a los banderilleros para clavar los garapullos. El de Montalvo cambió de comportamiento en la muleta, donde obedeció a los toques del diestro murciano. Le exigió en todo momento por bajo por ambos pitones con la pureza que le caracteriza, dándole los pechos de frente y citándolo en corto. Las dos últimas series al natural tuvieron gran profundidad, despaciosidad y verdad. Cuando parecía la faena hecha, remató con otra por la diestra sin la ayuda a ralentí que puso al público en pie. La espada le privó de un premio grande.

Paco Ureña recetó un par de verónicas en el recibo a «Antojitos», que salió sultecito. Emilio de Justo instrumentó chicuelinas en el quite que abrochó con una media con mucho gusto. Con mucha violencia embistió en un inicio por estatuarios. El murciano firmó una labor de entrega total, toreando con mando desde el principio. Esa exigencia conllevó a que su oponente durara un suspiro.

David Fadila «El Fandi» se mostró fácil y variado en el saludo a «Patrón», un cinqueño que pasó sin brillo por el peto. Paco Ureña quitó con dos buenas gaoneras y una revolera. Hasta cuatro pares de banderillas clavó el granadino, con uno al violín con mayor emoción. El «Montalvo» tuvo movilidad y transmisión, virtudes que supo aprovechar desde el inicio de faena ligando algunos muletazos en los que hubo largura. Al natural, por el contrario, se quedaba cortito y poco a poco se vino a menos. La última con la diestra fue la mas rotunda y compacta. Tras la estocada, paseó una oreja.

Cuando la tarde decaía, El Fandi recibió al cuarto con un farol de rodillas. Apretó «Tomatillo» así que optó por sacarlo hacia los medios. Vibrante fue el tercio de banderillas en el que destacó uno a la moviola. Lo que no se le puede discutir al granadino es su actitud y granas de agradar. Tras el brindis, se puso de hinojos en el tercio en un inicio de mucho de calado en los tendidos. El astado fue a más en la muleta en donde tuvo fijeza y se desplazó, aunque se salía buscando la querencia en el tercer muletazo. El granadino sacó todo su repertorio para cerrar con circulares invertidos. Mató en el segundo encuentro y cortó otro trofeo.

La peor parte del festejo se la llevó Emilio de Justo, que pasó casi inédito por Valencia. Recibió al tercero toreando a favor del animal hasta llevárselo a lo medios. «Regente» fue un «Montalvo» deslucido, sin recorrido y que pasaba echando la cara arriba. El torero extremeño se justificó, pero sin opciones de triunfo.

Cerró la Feria de Fallas, «Alegre», que saltó al ruedo muy emplazado. Tampoco cambió mucho su condición en el último tercio, muy costoso para la muleta de Emilio de Justo. El extremeño estuvo muy firme, aguantando más de una mirada, pero con la imposibilidad de que su labor alzara el vuelo.

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Valencia. Última de la Feria de Fallas. Más de media entrada. Toros de Montalvo, bien presentados, aunque desiguales de juego.
El Fandi (de blanco y plata con cabos negros), oreja y oreja.
Paco Ureña (de coral y oro), ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso.
Emilio de Justo (de marino y oro), silencio y silencio.