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Tomás Rufo continúa su idilio con Sevilla

Foto: Arjona/Pagés

Sevilla seguía conmocionada con la tarde ayer. Un capítulo importante en su historia y en la de Morante, pero como en todo libro, cada día hay que escribir una página. El cartel del jueves de farolillo tenía muchos alicientes. Una terna que sabe lo que es triunfar de verdad en La Maestranza. Finalmente, en este capítulo sólo hubo un protagonista: Tomás Rufo. El joven matador de toros ha conseguido su segunda Puerta del Príncipe consecutiva con menos de tres años de alternativa. Toda una proeza. Rufo, aunque tiene armas suficientes para acumular éxitos en todas las plazas, pero se vislumbra el inicio de un idilio que tiene halos de perdurar en el futuro.

De bonitas hechuras y con ritmo, “Insensato”, que hizo tercero y le permitió estirarse con el capote a Tomás Rufo. Impecable estuvo Andrés Revuelta con la brega. Tras brindar al público, echó rodillas en tierra con una tanda de mucha emoción. Prosiguió con la diestra ya en pie para torear con profundidad y ligazón haciendo sonar la música. Tomó la zurda para exigirle por abajo. Brotaron naturales cadenciosos, llevándolo largo. Aumentó el diapasón cuando volvió al pitón derecho con la misma estética. Se tiró a por todas enterrando la espada hasta los gavilanes. El toro aguantó, yéndose a morir a los medios. Rufo paseó las dos orejas e “Insensato” recibió una fuerte ovación por su bravura.

La Puerta del Príncipe estaba entreabierta. Sólo necesitaba un empujón como aquel lunes de lluvia intensa de la pasada Feria de Abril en la que la consiguió por primera vez. Repetir la hazaña sería todo un sueño. “Levítico”, otro bonito ejemplar de Jandilla, cerró la tarde. Por delantales y verónicas lo saludó Rufo. Buen tercio de varas protagonizó Rubén Sánchez. A la salida del segundo puyazo, se metió una fuerte voltereta el toro. Sensacional estuvieron Andrés Revuelta Fernando Sánchez en el tercio de banderillas. El toledano lo sacó para fuera para dejar una primera tanda con la diestra compacta. En la siguiente, tomó la zurda y cinceló un natural en redondo que duró una eternidad. Por ahí, el Jandilla tenía mucha clase. Era otro bravo animal, pero justo de fuerzas. Más en corto, continuó al natural, que remató con un espectacular pase de pecho. Una faena medida que culminó con un estoconazo. La plaza se pobló de pañuelos. La tercera oreja y las llaves eran suyas.

“Serpentín”, un toro bien hecho, que saltó al ruedo en primer lugar, metió bien la cara por el pitón derecho en el percal de José María Manzanares. El de Jandilla empujó en el caballo. Por bajo, comenzó el alicantino para llevárselo a los medios. Tras las probaturas, ejecutó una tanda con la diestra con largura y mano baja. Basó su faena por ese pitón, ya que por el izquierdo le costaba más. Las siguientes, fueron con ligazón, quedándose en el sitio. Poco a poco la embestida se fue tornando más informal. El alicantino mató con una estocada en todo lo alto.

Bonito fue el recibo de capa de Manzanares a “Repipi”, que fue muy medido en el peto. El toro tenía calidad y clase, pero la falta de fuerza podía más. El alicantino lo condujo con suavidad a media altura sin apretarle. Hubo una buena primera serie rematada con un gran pase de pecho. Pese a estar voluntarioso el matador, la faena no pudo tomar vuelos por la carencia citada a lo que hay que sumar que se vino más abajo. Con la espada no anduvo acertado.

Genuflexo saludó Pablo Aguado a “Sentencioso”. El sevillano dejó algunas verónicas de bello trazo, pero sin terminar de rematar por la falta de entrega del astado. No se empleó en el peto y perdió en varias ocasiones las manos, lo que provocó que asomara el pañuelo verde por el palco. En su lugar salió “Vid”, un sobrero serio, que echó las manos por delante y echando la cara arriba en el percal de Aguado. Quitó Rufo por chicuelinas, a las que replicó el sevillano por el mismo palo, con ajuste y compás. Entonces ya empezó a quedarse cortó y a marcar la querencia. Intentó llevárselo fuera de las rayas para plantear la faena. El de Jandilla fue muy deslucido y desrazado, pasando andado y con sosería. El torero optó por abreviar.

Aguado le cimbreó el capote a “Talador” con mucha suavidad rematando con una gran media. Si en el anterior estuvo bien Juan Sierra en la brega, en este brilló con los rehiletes. Fue otro animal con clase, aunque justo de fuerzas. Torerísimo el inicio por estatuarios y de gran belleza el molinete posterior. El sevillano le dio espacio y tiempo para intentar que aguantara. Al natural, muy desmayado y con despaciosidad. Y hasta ahí la obra, porque el toro echó el freno por la falta de raza. Habilidoso metió la espada.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de Abril. Más de tres cuartos de entrada

Toros de Jandilla, el 2º como sobrero, bien presentados y con calidad en líneas generales a excepción del segundo bis. Primero, con un buen pitón derecho, pero venido a menos; segundo, deslucido y desrazado; tercero, bravo; cuarto, con clase, pero justo de fuerza; quinto, con clase, pero desrazado; sexto, bravo y enclasado.

José María Manzanares (de marino y oro), ovación con saludos y silencio.

Pablo Aguado (de buganvilla y oro), silencio y silencio

Tomás Rufo (de gris plomo y oro), dos orejas y oreja.

Incidencias: Saludó Luis Cebadera tras banderillear al segundo y Juan Sierra  en el quinto; Andrés Revuelta y Fernando Sánchez, en el sexto.

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